Alrededor del 10% de las mujeres padecen dismenorrea tan fuerte o en grado suficiente para incapacitarlas, los que puede ocasionar ausentismo laboral y pérdidas económicas, consideraron médicos del IMSS.
Óscar Castro Guevara, director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis, Río Colorado, Sonora, señaló que la dismenorrea es uno de los síntomas ginecológicos más frecuentes en mujeres.
La dismenorrea es el dolor que se presenta durante el periodo menstrual, se clasifica en primaria y secundaria, aseveró y lo padecen más del 50 por ciento de las mujeres en edad reproductiva, la mayoría de los casos acompañado de dolor pélvico.
En la primaria, aseveró, hay cólicos menstruales, pero no alteraciones visibles en el aparato reproductor femenino, mientras que en la secundaria sí se observan alteraciones.
Castro Guevara señaló que con la primera menstruación (menarquia), alrededor de los 12 años de edad, inicia una etapa por demás importante en la vida de la mujer, que se extiende en promedio hasta los 48-50 años cuando se presenta la menopausia.
Explicó que el diagnóstico de la dismenorrea primaria se basa en características como: dolor con duración de 48 a 72 horas y comienza incluso una hora antes o exactamente después de que se inicia el flujo menstrual.
Por esa razón, anotó, la dismenorrea que se presenta por más de dos o tres días o durante todo el lapso que la mujer menstrúa, llega a ser secundaria.
El dolor menstrual es de tipo cólico y aparece más bien en el área situada encima del pubis, pero en muchas mujeres es acompañado por dorsalgia, como se conoce al dolor de la espalda baja.
La dismenorrea que aparece años después de la menarquia o en mujeres con ciclos ovulatorios establecidos es de tipo secundario y puede deberse a otras patologías como endometriosis, quistes o tumores ováricos, enfermedad pélvica inflamatoria y adenomiosis.
También a miomas uterinos, malformaciones congénitas y dispositivo intrauterino, lo que puede ser diagnosticado por el médico especialista, que es el ginecólogo, apoyado la mayoría de las ocasiones con estudios de gabinete como lo es el ultrasonido.
Los medicamentos que se utilizan para tratarla comprenden hormonales combinados, analgésicos y antiinflamatorios inhibidores de prostaglandinas.
Por lo tanto, el titular de la UMF número 38 recomendó no automedicarse y acudir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para recibir el tratamiento más adecuado a su edad y exhortó a prestar atención a los factores psíquicos para una atención integral.