La historia de Monchi y D´yana.

Muchos loretanos se quedaron sorprendidos ante la noticia de un primer matrimonio entre personas del mismo sexo en Iquitos y aunque fue simbólico, sienta un precedente en nuestra a veces cucufata sociedad, y reafirma que vivimos nuevos tiempos, en el que podemos observar con naturalidad a dos chicas que se juran amor eterno.

DJ Monchi o Marisabel Pérez, es comunicadora de profesión y nos cuenta que se conoció con D´yana Alencar, en el 2019 por un amigo en común. “Me contrataron para tocar en una fiesta (en una balsa) donde ella también asistió, todos disfrutaban el paseo, ella estaba muy atenta conmigo, me decía que ya me conocía y que incluso nos habían presentado. En ese lapso ella me robó un beso, yo estaba muy sorprendida, pues nunca había pasado por un episodio así”, narra Monchi la forma como se conoció con quien ahora es su compañera de vida.

“Conversamos de muchas cosas y nos fuimos conociendo ese día, por cosas de la vida ella también tenía una formación de activista cultural, se formó en La Restinga y yo en Estamos en la Calle. En un lapso de una semana ella dejó de conversarme porque de hecho que a ella le costaba un montón que yo le haya gustado, ya que ella es mamá, tiene dos hijos y siempre había tenido parejas masculinas, yo por mi lado también tuve parejas masculinas y una sola relación con una pareja femenina”, sigue diciendo Marisabel.

Pero se volvieron a ver, pues desde un inicio existía atracción entre ambas chicas activistas culturales. “A la semana yo tenía un evento que es el Electrocamp, ella se fue a buscarme con el amigo que nos había presentado, ella me contó que estuvo nerviosa todo el rato y un momento de la tarde nos fuimos a conversar y ya me dijo que quería conocerme e intentar una relación y yo acepté porque también me gustaba, su personalidad marco en mí, al día siguiente la llamé para vernos y fui a visitarla, recuerdo que le llevé un postre, conversamos y salimos en moto, así empezamos a pasar más tiempo juntas”.

Los detalles comenzaron entre la pareja, pues Monchi la sorprendió con algo que ya muchas parejas quisieran imitar. “Un día la llamé y le sorprendí en su lugar de trabajo con un desayuno, para ella, según me contó, fue algo que marcó, pues era un detalle que nadie antes lo había hecho. Así empezamos a salir, muchas veces a escondidas de todos, porque realmente queríamos pasar más tiempo juntas”.

Luego de los detalles que reforzaron el amor entre ambas chicas, comenzó el viaje. “Yo tenía vacaciones y tenía ya programado un viaje, me sentía tan cómoda que la invité a ir conmigo, ella iba por pocos días, pero el destino quiso que se quedará más tiempo, pues le reprogramaron el viaje y logramos estar 15 días juntas, cuando regresamos a Iquitos sentía que no sólo me gustaba, sino que la quería, y cuando digo la quería me refiero que la quería en mi vida. Así que formalizamos nuestra relación, empecé a conocer a su familia y ella a la mía, igual resultó con nuestros amigos”.

“Conversando con mi mamá le conté que me gustaba D’yana, mi mamá me pidió tiempo para entenderlo, D’yana hizo lo mismo, así que después de dos meses formalizamos. Empezamos a salir como la familia de D’yana, sus hijos, mi mamá y yo, pero tampoco esta vida es de «color rosa», como dice ese dicho, pues existieron personas que no estaban cómodas con nuestra felicidad, pero eso no hizo que la doblegarán, estábamos decididas a ser felices”, dijo tajante y segura la querida Monchi.

En cuanto a D’yana ella tiene buena comunicación con su hija y le contó sus sentimientos, ella entendió el tema e incluso fue cómplice en poder declarar su amor. “Un día conversando entre ellas, la bebé le dijo que: el amor no es masculino ni femenino, sino amor”.

Tras todos estos momentos en la historia de Monchi y D´yana, decidieron hacer su vida como cualquier pareja. “Empezamos desde vivir en un lugar pequeño hasta ahora tener las comodidades de una casa. Hemos pasado episodios fuertes de salud hasta cuando ella tuvo que ser operada, la cuidé en todo momento, eso fue otro hecho que marcó nuestra relación, sobre todo ese sentimiento de amor y respeto mutuo”, señala Marisabel Pérez.

Actualmente tienen juntas un emprendimiento llamado “Curichis Espaciales”, en el que D´yana da todo de sí. “Decidimos dar nuestros votos como compañeras de vida, como cómplices, como amigas, ya que tenemos la dicha de tener el amor y un hogar juntas”, culmina Monchi, quien inició una nueva etapa en su vida y cuyo ejemplo llenará de seguridad y valor a muchos chicos y chicas que como ella no ven si el amor es masculino o femenino, simplemente es amor.