De las palabras a los hechos

Por Miguel Donayre Pinedo

Cuando se ejerce gobierno los gestos y los hechos van de la mano. Es llevar a la práctica lo que se dijo en las elecciones para que estas no se las lleve el viento. El presidente Humala portaba como bandera que la corrupción sería uno de sus puntos fuertes de su gobierno, ha sido una de las palabras machaconas con la que más se ha identificado. Pero la realidad le está dando lecciones donde más duele y parece que el ánimo para enmendar no es una de sus fortalezas. Se ha nombrado como asesor jurídico a un abogado que de acuerdo a su Currículum Vitae (CV) asesoró a personas relacionadas con el narcotráfico y la corrupción aprista a la que tanto criticó. Es decir, es un CV opaco o en todo caso genera dudas sobre sus patrocinados que han cometido delito contra el Estado, que ahora él pretende asesorar. Seguro que no hay razón legal para cuestionar ese nombramiento, pero aquí no se trata del cumplimiento de la ley, que es una parte del razonamiento, si no de una valoración ética de su andadura como profesional, que sí alimenta dudas. Es una metida de pata descomunal y debería rectificar. Quien no rectifica es tonto, dice un aforismo popular.