El señor Carlos Cartagena Rivera no es un tipo cualquiera. La señorita Jessica La Torre no es una mujer del anonimato. Provocan en estos momentos el caso más sonado y más reciente –aunque no único- de relaciones de pareja que atañe a la Iglesia Católica y que pone en cuestión no solo el celibato sino el comportamiento de algunos curas para con aquellas mujeres que acuden a las parroquias para entregarse a la obra de Dios y terminan entregándose a los brazos del sacerdote. Con todo el sesgo de infidelidad y perversión que pueda acarrear esto, según los postulados que defiende y difunde la Santa Sede, se entiende. Porque quienes no pontifican ni practican esos postulados pueden hacer lo que quieran y no estarán en conflicto.
Ya no sólo lo escándalos de curas pedófilos remece al catolicismo mundial sino las infidelidades provocadas por sacerdotes que lejos de orientar a las mujeres que requieren ayuda espiritual terminan fornicando con las fieles. Dejad que las fieles vengan a mi para convertirlas en infieles, parece que es la divisa de sacerdotes que, humanos al fin, no pueden resistir –sin levantarlas- la presencia de faldas en los confesionarios.
¿Cuántos casos similares al de Arequipa ocurren en Iquitos? ¿Serán los curas agustinos que pueblan nuestras parroquias distintos al cura de la Orden Franciscana que fue pillado saliendo del hotel con quien era su colaboradora en la Iglesia Nuestra Señora de Monserrat, más conocida como La Recoleta? ¿Esos seres humanos que cierran los ojos, abren la boca, rezan, comulgan y lanzan versículos al viento tendrán luego de las homilías experiencias sexuales que los peregrinos conocemos? ¿Tendrán algo de veracidad la habladuría de la gentita iquiteña que asegura que más de un cura se encierra en las parroquias para dar rienda suelta a los instintos que todos los seres humanos poseemos como si se tratara del demonio? ¿Podemos confiar en los inquilinos de las sedes eclesiásticas para que nuestra mujeres vayan en busca del perdón celestial y terminen con orgasmos nada santos en medio de masturbaciones que dicen la Biblia prohíbe y condena?
Este columnista que se precia de la amistad de un sacerdote ya fallecido pero que vive en todo momento confiesa ante Dios padre que miles de preguntas me revolotean la cabeza. Aparecen intermitentemente. Conozco varios curas que me provocan aureolas de santidad con sus gestos pero que me siembran más que la palabra del Señor un cerro de dudas por los hechos que cotidianamente rebotan en los medios de comunicación.
Cartagena no sólo –horror de horrores- ha descuidado su juramento sino que –fíjense, fíjense- ha tomado prestada la camioneta de su pareja y en el interior de ella ha hecho suya a otra mujer. Lo que ha provocado el celo y despecho de la señorita La Torre. Si eso hacen los curas con toda su formación filosófica, deontológica y canónica ya podemos entender que nos queda a los mortales que carecemos de esa instrucción.
Tranquilo, que por mas formacion que tenga una persona en cualquier parte del mundo, no deje de ser un ser mortal, sujeto a cometer errores y algunas veces con conocimeinto de causa.
SIEMPRE COMENTANDO DE PROMISCUIDAD Y MALOS VALORES TODOS LOS DIAS EN TU PERIODICO, HASTA CUANDO YA VAS A SALIR DE SER PRINCIPIANTE DEL PERIODISMO ( TV NACIONAL ), Y COMENTES MEJOR Y DIFUNDAS LAS BUENAS COSTUMBRES CON LA FINALIDAD DE QUE ENGRANDESCAN Y NUTRAN LOS CONOCIMIENTOS Y EL ALMA, DEJA YA DE ESTAR SOBONEANDO Y FACTURANDO A LA CORRUPCION, OTRA MANERA MAS FACIL DE VIVIR.
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