El día de hoy se inaugura el IV Hay Festival en Arequipa (Imagina el Mundo). Contra todo lo que pensábamos muchos en la Ciudad Blanca, este encuentro internacional de escritores, periodistas, científicos y pensadores en general se está volviendo sostenible como lo dijo en una entrevista que le hice a Cristina Fuentes La Roche, encargada en Latinoamérica del Hay Festival. Este año tiene un ingrediente mayor, pues en varios encuentros se articula presencia de intelectuales desde Ayacucho y Cuzco que participan simultáneamente.

Este esfuerzo es público y privado y aquí no hay que ser mezquinos en reconocer el papel que cumplió la gobernadora regional Yamila Osorio que, sabiendo visualizar lo que representa este tipo de encuentros para la ciudad y también por supuesto para su performance como política, lo sostuvo no sólo desde la declaratoria o la platea sino desde el presupuesto destinado a pesar que no faltaron las críticas apelando a estereotipar a los expositores. Una estrechez de mentalidad que siempre existe.

Este año el Hay Festival se corona con la presencia del nobel Mario Vargas Llosa quien en tres escenarios estará hablando de política, literatura y del liberalismo. Para todos los gustos con diversos escenarios y panelistas. Sin duda un espaldarazo al certamen en Arequipa que sin duda será nuevamente también un apoyo a la figura de la gobernadora, que mucha falta necesita para intentar recuperar su credibilidad en la región que deja en cierta zozobra por varias obras que quedaron inconclusas o trabadas por diferentes circunstancias.

Pero de esa evaluación se ocupará el tiempo y la población, lo cierto es que el Hay Festival promete nuevamente congregar a miles de arequipeños y gente del sur que hace agenda para no perderse ciertos debates o presentaciones. La presencia además de los periodistas que con su trabajo sobre la corrupción como Gustavo Gorriti o Rossana Cueva pondrán la agenda noticiosa de lo último que está sucediendo en el ambiente político nacional.

Uno de los criterios que Cristina Fuentes indica que los animó a que el Hay Festival se tornara parte del cronograma cultural en la ciudad es la arquitectura colonial y cierta infraestructura accesible que posee la ciudad, pero sin duda el mayor referente de este o cualquier evento de esta naturaleza es la presencia y expectativa en las presentaciones, ósea el público en los escenarios. Si no hay interés, cualquier certamen, menos cultural, podría tener sostenibilidad y en eso creo que se están satisfaciendo las expectativas. Que ciertas presentaciones ya se hayan agotado hace varios días en la venta por internet, es una muestra de ello.

Si el Hay Festival se pudiera en mayor grado masificar en la ciudad y replicarlo por cada año en diversas ciudades del país, podríamos estar hablando de un renacimiento (en cierto ángulo por cierto, porque no todo pasa por el enfoque de este encuentro internacional) del pensamiento. Obviamente siempre habrá espacio y momento para discernir sobre el evento, pero de eso se trata estos encuentros.

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