Los resultados obtenidos por Keiko Fujimori en la región de Loreto deberían llevar a más de una reflexión. Los electores y electoras de este departamento han cerrado un período dulce en que Loreto fuera la región que se opuso políticamente, y fuertemente, a su padre y hoy esa resistencia ha sido allanada en las mesas electorales por su vástaga ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ese cambio radical de actitud? También hay que señalar que en estas elecciones en Loreto, en la primera vuelta, entre los votos en blancos y nulos bordean los 130,000 votos de los 350,000 emitidos. Es decir, que ha habido un buen porcentaje de votos que estaban en desacuerdo, o no, de la aplastante mayoría del partido de la hija de expresidente Fujimori que se traduce en tres diputadas por Loreto (lo digo así porqué la mayoría de las elegidas son mujeres). Lamentablemente, por lo que he podido leer y observar, en estas elecciones el relato centralista (que viene de Lima) ha ganado por goleada. Ha sido el hegemónico. Me explico, ninguno de los postulantes a la curul parlamentaria ha propuesto algo, que suene a interesante o novedoso, en relación con el centralismo político y administrativo que sufre el país – es una constante que viene desde hace varias elecciones. En ese sentido, el discurso de la descentralización ha sido desplazado casi a la sombras. Más aún en un departamento que sufre gravemente los males del centralismo. De alguna manera u otra, el Frente Patriótico (FP) enarbolaba esa bandera. En la actualidad el FP atraviesa una fuerte, y grave, crisis de dirigentes y de institucionalidad que lleva varios años y no se levanta de esa inercia (de alguna manera un expresidente de la región contribuyó a eso). De otro lado, el texto constitucional blindó a la Amazonía en los temas de medioambiente y de desarrollo (se menciona sostenible), los candidatos y candidatas tampoco han propuesto algo nuevo en relación a estos asuntos constitucionales, a pesar que miles integrantes de Pueblos indígenas y población no indígena sufren las consecuencias, por ejemplo, de los derrames de petróleo o medidas sobre el cambio climático. Igualmente, hay una seria omisión en lo que respecta a los integrantes de Pueblos Indígenas, la floresta y sus habitantes no dan en la diana con esta población. El tema de la desigualdad en la región no ha estado en la agenda regional electoral, simplemente lo han ignorado. Con todos estos retrocesos, obviamente, el discurso centralista ha ocupado ese gran vacío. La Amazonía no tiene relato que ilusione y habrá que construirlo. Y por eso estamos como estamos.

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