La historiadora y diplomática Carmen McEvoy Carreras conversó con la Red de Medios Regionales del Perú sobre el momento histórico que vive el país y también sobre las ciudades que celebran este 15 de agosto su fundación española republicana, como Arequipa, Piura, y Huánuco.

Todos los temas que se presentan día a día han mandado prácticamente al olvido los 200 años de la primera Constitución Republicana que debería hacernos pensar en una salida de esta situación y partir de una ‘resiembra’ por el país que queremos, dijo.

Sobre la figura de Dina Boluarte, sostuvo que pudo pasar a la historia como la primera mujer presidenta que, además, logró hacer el camino hacia una transición ordenada, pero no lo hizo y ahora se siente empoderada.

«Ella debió haber entendido su papel de puente. Lo que le correspondía a ella era descomprimir, todo estaba tan comprimido y había tal desilusión de los votantes de Castillo y esta rabia contenida que era el momento de convocar a elecciones, eso correspondía. Pero ella desde el primer momento dijo que se quedaba hasta el 26 en su primera presentación. Ya había un deseo de poder», consideró.

Para McEvoy, la Guerra del Pacífico (1879) probablemente fue uno de los momentos más graves, de quiebre de un proyecto, de un proceso de crecimiento que se sustentaba en el salitre. Además, la ocupación del Perú por varios años que básicamente fue la consecuencia de un liderazgo o Estado fallido, que no sabe responderle a la guerra.

Añade que estamos en un momento muy difícil, de cambio de era, de cambio de modelo, de reformulación de los 200 años de la promulgación de la primera Constitución Republicana. Algo que deberíamos estar discutiendo a ver si hay algo que rescatar, que resignificar, pero que todo el mundo se ha olvidado por todo lo que nos viene pasando.

“La coyuntura nos va ganando y no hemos hecho el camino con los hitos de la fundación de la República”, sostuvo McEvoy.

«Deberíamos estar discutiendo los problemas de estructura política y económica»

La historiadora y diplomática Carmen McEvoy refiere que deberíamos estar discutiendo el tema de la República y de las limitaciones de una democracia minimalista que no ha logrado concretarse en el tiempo. Y que probablemente esta crisis es terminal.

«Estamos discutiendo sobre Digna Calle, la congresista que se fue, o el congresista que se perdona a sí mismo los delitos. Hay una serie de distracciones que no nos permite ir a los problemas realmente de estructura política y estructura económica que son los que nos están afligiendo en la actualidad».

Según dice, se trata de crisis recurrentes, en una suerte de camino sin retorno, donde solo estamos dando vueltas en círculos. Como historiadora, dice, siente que todo esto ya lo hemos vivido cincuenta veces, y sigue lo mismo.

Opinó que debemos volver al municipalismo, como una salida de resiembra. Pero antes hay que tratar de entender el modelo nuestro, que es un modelo que surge de la Guerra, como surgen todos los modelos Estado en la región.

«El [Estado] nuestro es muy peculiar, porque somos el corazón del imperio. Ciudades como Arequipa, Piura, Huánuco, han sido fundadas en lo que fue un centro imperial. Doblemente imperio. Imperio inca e imperio español. Hay un cruce de caminos, de cultura, de diversidad. Como dice Bolívar es el nudo del imperio y para destrabarlo vienen ejércitos que nos ayudan en el proceso de Independencia. Y eso no quiere decir que la guerrilla de la sierra central no esté activa, está. Pero básicamente eran colombianos, chilenos, granaderos».

El Estado peruano como un botín, la prebenda para repartir

McEvoy señala que esa mixtura complicó la construcción del Estado porque lo convirtió en un botín. Y ahí estaría el inicio de todo nuestro dramático proceso. El estado peruano es un botín para repartir y así se le establece desde el día uno.

«Está el botín del Estado, la prebenda para repartir. Y está la capacidad que tienen los que lo administran para repartirla y tener una suerte de pax momentánea. Es un equilibrio que no sabemos cómo se puede mantener. Entonces hay unos inicios a los que hay que volver para poder desactivarlo. Con este Estado ya no vamos a llegar a ningún lugar porque está agotado».

El sueño de la República es federal, sentencia. La idea del federalismo que viene de los Estados Unidos, pero que era dificilísimo aplicar en tantos países como el Perú, porque no tiene solo tres regiones, sino una diversidad de culturas. Por eso se trunca y habría que regresar a esta idea de la municipalidad como la piedra fundamental de la República. La idea era empoderar a los municipios porque la regionalización fue un fracaso y se repitió en micro esta idea de la prebenda. Del gobernador que reparte, que recibe los fondos y los usa en otra cosa.

«Hay que retomar el tema de la municipalidad e ir preparando a los jóvenes en el Concejo Municipal que es donde se distribuye los recursos, se establecen el tema de las comunicaciones, de la salud. Es volver a empezar desde cada municipio con su propia identidad que se puede expandir a una identidad más compleja que es la nacional».

“El racismo en el país es la gran barrera, la gran muralla”

El racismo es la gran barrera, la gran muralla que los españoles imponen esta superioridad racial en el país, afirma McEvoy. Los que capturaron a Atahualpa son unos pocos frente a una población de millares, pero lentamente se va inoculando la superioridad racial que traen los europeos tras el encuentro entre Atahualpa y Pizarro, cuando le entrega la Biblia y el inca la tira porque para ellos eso no tiene ningún significado, con lo que justifican el ataque a partir del rechazo.

McEvoy hace ver que, con el gobierno de Pedro Castillo, pese a todo lo que significó, ahí se notó claramente desde el día uno que había un desprecio que venía de una cuestión atávica, culturalmente despreciativa. «El mismo hecho de no haber reconocido las elecciones, de haber mandado batallones de abogados a revisar los padrones; entonces tu representación no tiene valor», mencionó.

«Es algo que está pasando en todo el mundo. La supremacía racial está dominando el mundo y se podría combatir con la educación, pero los ministerios han vuelto a una suerte de reacción contra todos los avances que se habían tenido hace algunos años», agregó la historiadora.

«Las regiones se sienten abandonadas. Acá no se ha resuelto nada»

Para Carmen McEvoy, lo que vive el Perú es una suerte de laberinto, un equilibrio desequilibrado. Es una coalición de supervivencia en la cual algunos se sienten cómodos porque tienen manejan el presupuesto. «Yo creo que van a dar la pelea para quedarse hasta el 2026. Se sienten salvadores. El poder te confunde y te hace creer que estás cumpliendo una misión patriótica, pero estás creando las condiciones para una próxima explosión», consideró.

«Acá no se ha resuelto lo fundamental, es que las regiones se sienten abandonadas, no se sienten representadas. La presidenta visita lugares y no la quieren recibir. Su legitimidad es muy frágil y cómo la va a reparar si cada vez va bajando en el apoyo popular».

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