El martes 8 de agosto en la noche se firmó y publicó el documento que reúne los acuerdos de la Cumbre Amazónica en Belém do Pará, Brasil. Este reúne 113 puntos divididos en 18 segmentos, que incluyen temas como cambio climático, protección de los bosques, cooperación policial, judicial y de inteligencia en la lucha contra las actividades ilícitas, economía para el desarrollo sostenible y derechos humanos.

Sin embargo, la Declaración de Belém no incluye varios puntos clave, tales como la falta de compromisos concretos para detener la expansión de la frontera de petróleo y gas en la Amazonía y la misión de lograr cero deforestación para el 2030, una medida impulsada por Brasil y respaldada por Colombia.

El panorama deja como resultado que los ochos países amazónicos decidan de manera individual sus propios objetivos de conservación. Asimismo, en el encuentro de dos días encabezado por primera vez en 14 años por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) no se mencionó el pedido de la sociedad civil, la comunidad científica y los pueblos indígenas de proteger el 80% de la Amazonía al 2025. Tampoco hay ninguna mención relacionada a la exploración de petróleo.

Brasil fue el principal país que estuvo en contra de la inclusión de una meta sobre combustibles fósiles en el acuerdo, mientras que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue contundente en expresar que la crisis climática es producida por el consumo de petróleo, carbón y gas, y el capitalismo.

“Creo que ya no es suficiente llegar a la deforestación cero. Y más aún, la ciencia dice que, si arborizamos todo el mundo, no seríamos capaces de absorber lo que se emite cada año de CO2. La solución está en renunciar al carbono, al petróleo y al gas”, manifestó Petro.

 

¿Cuáles fueron los acuerdos a los que sí se llegaron?

Los ocho países amazónicos (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) se han comprometido a establecer una “Alianza para el Combate a la Deforestación entre los Estados Miembros”. Esta trabajará en la consecución de las metas nacionales de deforestación de cada país.

Los líderes latinoamericanos también pidieron a los países desarrollados cumplan sus obligaciones en materia de financiación climática de cara a la cumbre del clima COP28. Evento donde se espera que los países de la región, incluyendo a los países con selvas tropicales Congo, República Democrática del Congo, Indonesia y San Vicente y las Granadinas, logren una posición común para ser presentada ante la conferencia sobre el cambio climático de las Naciones Unidas que se celebrará este año en Dubái.

Vamos a la COP28 con el objetivo de decirle al mundo rico que si realmente quiere preservar lo que queda de bosques, debe poner dinero. No solo para cuidar las copas de los árboles, sino también para cuidar a las personas que viven allí abajo”, afirmó Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil. 

También se dispuso garantizar los derechos de los pueblos indígenas, de las comunidades locales y tradicionales, especialmente los Pueblos Indígenas en Situación de Aislamiento y en Contacto Inicial (Piaci). En esa línea, se propuso impulsar la participación activa de los pueblos indígenas en el planteamiento de las estrategias de conservación de los ecosistemas, bosques y suelos y detener los incendios forestales y la pérdida de la biodiversidad.

Finalmente, entre otros temas, se acordó establecer la Red de Autoridades de Agua de los Estados Partes de la OTCA para vigilar y asegurar el uso sostenible de los recursos hídricos de la región, y, por otro lado, la Red Amazónica de Autoridades Forestales que buscará desarrollar una estrategia común para prevenir y mitigar los efectos del Fenómeno de El Niño en la Amazonía. 

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