La indecencia tolerada
Moisés Panduro Coral
Aquí en Loreto, como seguramente ocurre en otras partes del Perú, está volviéndose de usanza común, que la convocatoria a un mitin político pase por cuánto puede ofrecer el convocante a los convocados. Recientemente, he visto absorto como un movimiento político que tiene a su cargo la administración del gobierno regional, ha llevado esta práctica al paroxismo de rifar, en cada actividad política, motocicletas, congeladoras, refrigeradoras, lavadoras, televisores, equipos de sonido, reproductores de video, planchas, ventiladores, licuadoras, cocinas a gas. Un frenesí impactante de electrodomésticos, un reparto delirante de tiendas enteras cuyos bienes expuestos en vitrinas y estantes se trasvasan por arte de sorteo a los afortunados de la rifa política, es lo que se aprecia en cada mitin que convocan los dirigentes de estas agrupaciones regionales.
Asisten mil, dos mil, o tal vez, tres mil personas, en el afán de alcanzar alguno de los regalos, por lo que el discurso del candidato, que debería ser lo central, pasa a segundo plano. Es más, tengo la certeza que para los candidatos de los movimientos que tienen como bandera el boleto de una rifa, lo esencial es ‘juntar gente’, que se “reúna la gente”, mientras que la propuesta de gobierno, el plan de desarrollo, el convencimiento del elector para que apueste por los objetivos que persigue el candidato y su agrupación política, es lo accesorio. Poco importa que el discurso sea pobre en precisiones, vacuo en metas, escaso de ideas. Lo que importa es cuánto puedo obtener de asistencia a una manifestación en la que los protagonistas no son los convocantes, ni los convocados, sino los bienes que se exhiben pomposamente, con mucho alarde, en el estrado.
¿Cuánto cuesta todo ese carnaval de regalos, ese arsenal de dádivas?. ¿Y de donde sale el dinero?. ¿Cómo se financia la billetera que deja sin stock a una tienda por cada semana?. Nadie lo sabe de manera concreta, aunque muchos lo intuyen. Salen de las arcas del mismo Estado, bajo mecanismos inimaginables para quienes asisten a las rifas. Lo que ellos no saben es que le están friendo con su propia manteca. ¿Es correcto que permanezcamos callados frente a eso?. Personalmente, me niego en todos los idiomas a que eso sea correcto y digo que ya es el momento que se diga algo.
Por otro lado, aunque el transfuguismo se haya vuelto una costumbre en nuestro país, me siguen impresionando los cambios de camisetas que en apenas unas horas, realizan los políticos regionales. Claro, ellos son sólo el reflejo de lo que ocurrió en un pasado no muy lejano, y de lo que ocurre ahora, con la clase política nacional. Un día, en 2010, un candidato anuncia su postulación por un movimiento S, pero ya antes, hasta 1997, ha pertenecido a un partido A, luego de pasar por el movimiento F en 1999 y de servir militantemente en 2000 al movimiento C. Sin embargo, el movimiento S decide no tener candidatos, y en menos 24 horas, se torna en candidato del movimiento U con presentación oficial incluida. Pero ¡oh sorpresa! al día siguiente es anunciado y juramentado como el candidato del movimiento M.
¿Es reglamentario este cambio abrupto de organización política?. Lo es, así lo determinan las normas, en los plazos establecidos. ¿Es razonable?. Probablemente lo sea, entendiendo que las personas tenemos reconocido e intacto nuestro derecho a representar a la comunidad en la conducción de su gobierno en cualquiera de sus niveles. ¿Es un ejemplo a seguir?. No. Un millón de veces, no. La política es ciencia y arte de gobierno, cierto, pero es desabrida, sosa, huachafa, si carece de ingredientes valóricos como fraternidad de conjunto, convicción de credo, entusiasmo por la vida de servicio, lealtad a los ideales, ejercitación de disciplina. Si el transfuguismo es un ejemplo de ser político, entonces quien escribe esto, es un desventurado idealista, un infeliz apasionado, un triste soñador, un ingenuo incapaz de subir los peldaños del ascenso a la cúspide. Y valgan verdades, prefiero ser todo eso, pero no tránsfuga.
Naturalmente, esta conclusión acerca del transfuguismo nada tiene que ver con las alianzas políticas, ni con los acuerdos políticos, formales o informales, que son lícitos y comprensibles cuando se negocian transparentemente sobre la base de objetivos comunes. El transfuguismo también es sustancialmente diferente de las candidaturas fundamentadas en las invitaciones que un partido o un movimiento puede hacer a una personalidad independiente que goce de prestigio ciudadano, y en torno al cual, converjan los que quieren progreso y bienestar.
La razón por la que no pocos ciudadanos cuestionan a los políticos es que muchos cambian de camiseta por interés individualizado. Y nos meten a todos en el mismo saco. El ciudadano elector no ha logrado diferenciar entre la conducta política de un gran número de políticos habituados a esta manía, dentro de los que se pueden mencionar congresistas, alcaldes, regidores, presidentes regionales, consejeros, entre otros, y las de aquellos que se sienten lejanos de esas prácticas. Y eso es injusto.
No, no creo que hacer política decente sea convocar a un mitin anunciando rifas. Menos si las rifas son un insulto a la austeridad que deben exhibir los políticos en tiempos en que las instituciones públicas se rigen por procedimientos relacionados al mejoramiento de la calidad de gasto y a la gestión por resultados; en tiempos en que la tan mentada solidaridad requiere de actos humanos ligados al desprendimiento personal más que al derroche sin clemencia de dinero, por que amar es sacrificarse por otro; en tiempos en que las relaciones sociales requieren de gimnasias de contrición cotidiana para amoldar el espíritu frente a los eventos ambientales y cósmicos que se predice se aproximan inexorablemente para la tierra y la raza humana que la habita.
Más allá de la estridencia de los parlantes llamando a los vecinos a asistir a los mítines- rifas, más allá de la criollada de los vivazos que le venden gato por liebre a los electores, y mucho más allá de las bolsas que financian campañas electorales, existe, considero yo, un pueblo que está hastiado de estas malas artes que, increíblemente, son toleradas y hasta aceptadas. No, no soy ningún gazmoño, ni sacerdote, ni monje tibetano, ni pastor protestante. Pero creo que hay aspectos degenerativos de la actividad política que en lugar de superarse se han multiplicado hasta la enésima potencia. Y aunque parezca políticamente incorrecto, es bueno advertir que a este paso la política se convertirá de aquí a poco en un asunto exclusivamente monetario y de transacciones financieras, cuando no, de saltimbanquis que van de un lado a otro. Y eso es ya un desastre, una amenaza para la justicia social que todos anhelamos.
señor panduro eres un traidor para loreto no envidies o critiques lo q otos hacen dan regalan o lo que sea al final la gente que lo gana es gente pobre, tu que haces por los pobres acaso regalas viveres ropas u otras cosas con tu plata eso nunca haces panduro, la plata que tienes se acabara pero la pobresa de la gente nunca. pobre se vive mas ternquilo. y fefiz. estas a tiempo y reflexiona.
Es cierto, pero lo que usted está analizando no es el trasfondo del problema sino el resultado o consecuecia de lo que produce el sistema que nos impusieron y que muchos no desean que la cosa cambie, por monetarias «razones», por asi decirlo.
El comportamiento, tanto de los politicos como de la misma poblacion frente a las actividades proselitistas ad portas de una eleccion; pueden ser consideradas como razonables, teniendo en cuenta el comportamiento de «nuestros politicos» que nos gobiernan. La cultura chcha que se implantó en este pais en la decada pasada, ha venido y sigue mostrando sus frutos, cuando vemos lo que usted «preocupadamente» comenta o critica. Vamos pues señor Panduro, no se haga el desentendido. Lo mejor que usted debería hacer es un verdadero mea culpa o desligarse para siempre de esa mafia llamada Apra. Porqué le digo esto, ¿acaso usted no se da cuenta que gracias a los improvisados politicos que durante mucho tiempo dejaron en el abandono total a esta parte del pais; el pueblo loretano es un pueblo desinformado, sin cultura politica, sin aspiraciones, casi sin esperanzas? Que qería usted, si un pueblo ignorante es presa facil de ser manipulado. Y las malas artes de los «politicos» loretanos, no es mas que una copia fiel y original de lo que se ve en el gobierno central. Por favor, ¿que está analizando usted?. El transfuguismo lo alentaron los apristas y nunca se pronunciaron frente a ello en la decada del desastre fujimosrista. ¿que esperaba usted de unos politicos improvisados y una poblacion ignorante?. Ustedes los apristas son en gran parte culpables de esta tragedia. No pretenda lavar la cara de su partido (2 gobiernos llenos de improvisaciones y otras cosas que usted conoce)tampoco pretenda hacerse el desentendido. No busque culpables donde no los hay. El comportamiento de una sociedad inculta e ignorante estará en funcion de lo que decidan los dueños del poder y del sistema.
Los comentarios están cerrados.