Bandera en alto – Julio 14

Cien mil empleos para Loreto

Moisés Panduro Coral

Es sabido que la pobreza es un fenómeno multidimensional, y que el peso ponderado de cada dimensión dependerá de la valoración que le demos a cada una de ellas. De allí que existan diferentes puntos de vista y planteamientos para tratar el problema. Sin embargo, los criterios más aceptados son los que están relacionados con la carencia de ingresos, el grado de satisfacción de las necesidades básicas o también la intensidad del acceso a los bienes y servicios, y la falta de oportunidades de la población para el emprendimiento personal y la realización del proyecto de vida que debe tener cada ser humano. En todos los países y en todos los tiempos, se han acometido políticas para reducir la pobreza, pero infelizmente no han dado resultados, o en todo caso, se han obtenido logros que después no han podido sostenerse.

En nuestro país, la curva de la pobreza ha estado situada, por lo menos en las dos últimas tres décadas en niveles fluctuantes alrededor del 50%, reduciéndose drásticamente en el último quinquenio del 48.7% en la que estuvo el 2005 a 36.2% en el 2008 y a 34.8% en el 2009, éste último a pesar de la crisis internacional que afectó la economía mundial, lo que indica cierta sostenibilidad de los logros a nivel nacional, lo que no ha sido el caso en algunas regiones. Así, Loreto es una de las regiones en las que las cifras de la reducción de la pobreza no se han sostenido. La pobreza regional descendió a 11.7% en 2007, y en el año 2008 se redujo 4.8%, pero, contrariamente a las alentadoras cifras de estos primeros años, en el año 2009 se incrementó en 6.3%, colocándose en la actualidad en un nivel de 56% que es un porcentaje que está por encima del promedio nacional.

Todo indica que el incremento de la pobreza en el año 2009 en Loreto se debe fundamentalmente a la caída del empleo. Uno de los factores para la caída del empleo es la disminución de las inversiones públicas en el sector construcción. Por increíble que parezca, los 100 millones de soles que el gobierno central destinó a nuestra región a través de decretos de urgencia  para la ejecución de obras públicas, y por ende, para la creación de empleo en este sector como parte del plan de estímulo económico para enfrentar los efectos de la crisis internacional, en gran medida se han empleado recién en el 2010 cuando ya las secuelas de dicha crisis han menguado. Eso tiene nombres propios en la actual gestión del gobierno regional de Loreto. No sólo es ineficiencia e irresponsabilidad, si no aprovechamiento político porque estamos seguros que esas inversiones, tan vitales para el año 2009, se han retrasado de manera adrede difiriéndolos para este año que es un año electoral. ¡Y encima con un enorme desparpajo las obras se publicitan como si fueran una gestión personal y cómo que han sido financiadas con canon petrolero!.

Ahora bien, es cierto que una forma de generar empleo es el impulso del sector construcción, pero no todo debe hacerse por intermedio de empresas contratistas que desafortunadamente pagan comisiones y porcentajes al corrupto que se las pide, sobrevalorando obras y perjudicando al pueblo. Otra manera de impulsar el sector es ejecutando obras pequeñas para canalizar ingresos monetarios a las familias en situación de pobreza. Por eso es que hemos planteado la generación de cien mil empleos para la población de Loreto. Y no estamos inventando la pólvora por que existe el instrumento legal para hacerlo que son los decretos de urgencia que facilitan el financiamiento de obras comunales por la modalidad de núcleos ejecutores, mediante las cuales se pueden hacer parques, plazas, lozas deportivas, veradas, pistas, puentes, alcantarillados, entre otros, y que ocuparán mano de obra intensiva. Hay que tener en cuenta que en los proyectos medianos y grandes trabajan los obreros especializados, pero nunca hemos tenido en cuenta donde trabajarán la madre soltera que tiene hijos por mantener, el señor de tercera edad que tiene a su cargo sus nietos, el joven que desde temprana edad ha asumido la responsabilidad económica del hogar, el discapacitado que siempre ha sido marginado, o el padre de familia que no tiene nada más que ofertar que su mano de obra no calificada. Allí está la pobreza que tenemos que atacar.

Empero, si sólo hablaríamos del sector construcción para incrementar las oportunidades laborales estaríamos siendo inexactos. Hemos identificado otro factor para el bajón de oportunidades de empleo que ha experimentado la región, y éste es el decremento de la producción del sector forestal durante el año 2009. Los representantes más conspicuos de este sector señalan que la merma en dicho año fue de alrededor de 70% respecto del año 2008, lo que ha traído como consecuencia letal un quebranto económico a un aproximado de 80,000 personas que directa o indirectamente dependen de esta actividad, por no haber reportado o movilizado ingresos monetarios. Desde los trocheros que conocen los caminos, pasando por los obreros que trabajan en la extracción forestal, los transportistas que trasladan las trozas, los operarios de las industrias, los comercializadores de madera, los que venden equipos y herramientas, hasta los trabajadores que facilitan la exportación, son miles de empleos que se han perdido. Es urgente concertar con el nivel nacional y los empresarios y concesionarios forestales los aspectos que posibiliten un punto de encuentro entre los legítimos intereses del Estado de promover y proteger la sostenibilidad de los bosques a través del aprovechamiento con valor agregado y la reposición forestal, las razonables demandas del empresariado forestal de recuperar las cotas de producción y de exportación, y el lógico anhelo de la población económicamente activa vinculada al sector forestal de, por lo menos, recuperar los empleos perdidos el año pasado, y generar otros veinte mil empleos nuevos.

Por otro lado, todos sabemos que los créditos otorgados con canon petrolero no han rendido sus frutos en el campo del empleo pues la pésima administración de los mismos ha beneficiado desproporcionadamente a muchos que no son productores rurales, mientras que la producción de los cultivos a los que han estado dirigidos los créditos ha registrado un detrimento en lugar de un incremento como se esperaba. Por ello, es necesario estimular el emprendimiento rural productivo donde el protagonista sea el auténtico productor rural, no el majadero que lucra con los créditos agrarios y que se hace llamar productor sin tener un metro cuadrado de ají dulce en su huerta. Es imprescindible un sistema crediticio que involucre el acompañamiento técnico, valor agregado de la producción, fluidez y seguridad del transporte y conquista de mercados.

Y para finalizar, requerimos cambiar el discurso contra la inversión privada que todavía aprisiona nuestras mentes. Por ejemplo, he escuchado sorprendido a algunos que se oponen a que se realice por el sistema de concesión, la construcción del puerto internacional de Yurimaguas que vale 56 millones de dólares. ¡Están locos!. Loreto necesita que su gobierno regional facilite la actividad privada en los sectores transportes, minería e hidrocarburos, servicios y manufactura. Todo ello, obviamente, en el marco de la obediencia a la normatividad soberana en función de los intereses de la región y del país, de la anulación y/o control y reparación efectiva de los impactos ambientales negativos que por diversas contingencias se puedan producir y del respeto a los derechos de los pueblos indígenas.