Amigos y enemigos
ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
“Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley” es una frase que muchos habrán escuchado, varios practicado y pocos predicado, al menos públicamente. Pero ha sido pronunciada hace varias décadas por quien fue presidente de la República y, para mayores señas, un colegio en Iquitos lleva su nombre, me imagino como homenaje. Y esta frase encierra todo un estilo de vida que los peruanos la hemos llevado muy bien.
Hay que ver en qué circunstancias uno se convierte en enemigo o acepta la amistad de una persona. Eso se complica un poquito cuando uno ha optado por practicar el periodismo. A secas. No le vamos a poner ese cliché hipócrita de “independiente”, “objetivo”, “plural”. Y, si nos ponemos más pacharacos “que no se casa con nadie”. Porque con cierta frecuencia llega a nuestras redacciones denuncias que involucran a personas que aún no siendo amigas, mantienen una relación cordial. Ahí inmediatamente salta la pregunta ¿publico o no publico la información? Porque sabrán que quienes nos brindan información lo hacen en el entendido que estamos peleados con el sujeto de la denuncia. Nunca nos entregarían documentos si saben que complican la vida de nuestros amigos.
Y me pregunto ¿hacemos periodismo para complicar la vida de supuestos enemigos y salvar de la campana a los supuestos amigos? Por lo menos en teoría, no. ¿Y si un amigo asume un cargo público debemos inhibirnos de publicar notas donde pueda perjudicarse? En teoría, tampoco. Pero, claro, una cosa es la teoría y otra la práctica. El día a día. Aquí tratamos de equilibrar el asunto. Digo, tratamos. Y eso nos ha costado varias enemistades, volteadas de cara, cambiadas de mirada y no pocas muecas callejeras. Pero es nuestra chamba. No perjudicar a los demás. Sino, informar. Y digo tratamos porque, hace algunos años, nuestra posición era maximalista: lo único que nos interesa es el bien común, servir a la comunidad y ser muy pegados a los postulados de la profesión. Y ya sabemos que en la práctica no es tanto así.
Claro que siempre existirá el riesgo que quien aparece en las portadas, no para algo agradable, piense que se trata de perjudicarle. Y no solo en las portadas sino en cualquiera de las páginas.
La frase que inicia este artículo fue pronunciada y practicada por un político que ejerció dictatorialmente la Presidencia de la República. Y esa práctica se quedaba en el ámbito político, seguramente judicial, policial. Pero desde el periodismo no se puede ejercer la profesión pensando en la amistad o enemistad que genere una nota, sino si ingresa al ámbito del beneficio común, del bienestar de la comunidad.
Y está demasiado fortalecida esta práctica que Benavides sintetizó tan bien en una frase que existen amigos que no desean discrepar con otros por posiciones divergentes porque temen que los amigos se conviertan en enemigos. Cuando debería ser habitual que se discrepe y se discuta adecuadamente porque está comprobado que de dos ideas diferentes puede salir una mejor.
Muy buen contenido! Gracias por esta pagina
De acuerdo con su posicion. Precisamente por eso mismo, usted señor director, debe ser implacable con temas como este. No se puede ni se debe bajo ningun argumento o leguleyada pasar por alto actos denigrantes e indignantes como este delito contra una menor de edad.
Este personaje es un asco para la sociedad, su actuar lo convierte en un sujeto repulsivo y nocivo para la sociedad. Este sujeto representa lo mas vil, lo antihumano, lo ruin, lo satrapa y muestra un indignante desprecio por el ser humano. Este desquiciado por lo que se ve, tiene vara, tiene influencias y tiene poder. Nada en el mundo puede justificar una barbarie como esta.
Entonces es hora de los medios de prensa, de la radio, la television, los diarios, las revistas; para ser implacables. No hacerlo sería estar de acuerdo y acentuar mas esa mala fama de las mujeres de mi tierra.
No dar tregua a los actos delictivos ni mucho menos a sus operadores. La justicia debe dejar de ser solo un nombre o una palabra, justicia para todos, sancion para los delincuentes. Eso es lo que espera la poblacion y la prensa debe ser protagonista para hacerla realidad.
Solo la objetividad te dará prestigio y respeto. Solo la verdad nos hará libres.
Esto es una prueba de fuego para la prensa independiente.
Defender a la puber de 16 años a estas alturas después del hecho consumado -lo dicho por ella fue a la cama con el ex-decano por 150 soles para comprar víveres- para sobrevivir, esto demuestra lo precario, lo endeble , lo frágil de la agraviada pero ahí no queda la cosa también entra en cuestión el papel de las instituciones, el rol de la prensa y de la sociedad en su conjunto frente a personas sumamente vulnerables por su edad y su condición económica. Conocí al ex-decano hace muchos años cuando todavía era delgado y pulcro jamas pensé que trastocaría sus principios por arrebatos meramente hormonales, creo que deberíamos urgar en su pasado,someterlo a un examen sicologico para poder ayudarlo en su recuperacion y que pueda reeincorporarse a la sociedad, a su cátedra pero, debe sincerarse asumir su responsabilidad y no evadirlo y todos los que alguna vez se acostaron con menores de edad tendrían que hacerse un mea culpa frente a este hecho tan denigrante por un lado y tan lamentable por el otro.
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