ABC
ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
Más allá de afinidades y simpatías hay que reconocer que ABC es uno de los grandes diarios europeos de habla castellana. Hablo de la versión impresa. Impresionante. No de la on line que, digan lo que digan, nunca igualará al papel del papel. Así que ni bien subí al avión que me trasladaba a Madrid –iniciando un recorrido europeo como autobecario de un diario on line que me (im)pone como única condición que escriba un artículo diario- solicité un ejemplar. Y vaya que comprobación agradable. No es un diario cualquiera. En sus páginas se encuentran verdaderos tratados sobre, principalmente, la muerte de Gadafi y el cese al fuego de ETA. Otros temas también. Pero para no perdernos hay que ser selectivos.
Todo el tema de Libia comienza y termina en cuestiones económicas. En medio de muertes, encarcelamientos, dictadores, familias que se benefician del negocio de gobernar, hijos que forman parte de una dinastía fúnebre, está la cuestión económica que da el 1’600,000 barriles diarios de petróleo que producía en su mejor momento la administración de Gadafi y que quienes le reemplazarán en el poder pretenden retomar. No me van a decir que los 32,000 millones de dólares que representó para Libia la actividad petrolera solo en el 2010 le hace un país voraz y apetitoso para los devoradores de toda la vida. Claro que sí. Y ahí está la razón de la llegada de Gadafi al poder. Está la razón de su permanencia. Está la razón de su muerte. Está todo. Absolutamente.
Por eso le creo firmemente cuando el columnista Ignacio Camacho afirma sobre quien estuvo 42 años en el poder de Libia. “Consiguió que los mandatarios de las democracias le riesen las rarezas, le absolvieran los excesos y le considerasen un aliado y hasta un estadista”. Nadie puede contradecir eso porque es la verdad. Cruda, nauseabunda, pétrea, lúgubre si quieren pero la verdad al fin de cuentas. Y Camacho añade sobre Gadafi una certera frase digna de pintarse en las paredes europeas: “Colaborador en la cruzada de Bush y de invitado en el G8 por Obama. Agasajó a Sarkozy, sobornó a Berlusconi y forzó las sonrisas de Aznar y Zapatero”. Fíjense, fíjense. La hipocresía gubernamental no es exclusividad de las autoridades locales y pueden sentirse seguidores a la distancia de quienes han hecho de la sonrisa fingida un sistema de administración pública, de quienes priorizan lo irrisorio en lugar de lo prioritario. Gadafi es más que el asesinato filmado y fotografiado en cientos de teléfonos celulares que tenían los rebeldes que le perseguían y los soldados que le protegían. Es el colofón de un sistema que, como bien asegura el expresidente brasileño Inacio Lula Dasilva: “si quieren meterse en un callejón sin salida, sigan al FMI y compañía”.
Otro de los grandes temas es ETA. Comienzo con esto: “¿Por qué aceptamos sin inmutarnos la semántica de la anestesia moral que denomina “conflicto” a lo que solo fue una matanza indiscriminada que duró medio siglo?”, escrito por Luis Ventoso, quien podría considerarse como uno de los tantos que pone dudas a las intenciones etarras porque, vaya vaya, hay muchos muertos en las calles, muchas víctimas en las veredas que aún lloran la muerte de un familiar que no tenía vela en ese interminable entierro que provocaron los que consideran que el totalitarismo, xenofobia y separatismo (que eso es lo que representa ETA para cualquier analista) es una manera de convivencia cuando es la pura demencia.
Por eso es que muchos, como Ventoso, se resisten a admitir siquiera la jerga etarra que llama “conflicto entre dos partes” a las acciones que emprendieron a mitad del siglo pasado. Y, bueno pues, en qué parte del conflicto –por citar uno de tantos- está un policía que dejó una mañana a su mujer e hijo en casa y antes de dirigir el tránsito observó un Fiat con luces de estacionamiento en una avenida y al acercarse se le apareció un asesino que con el membrete de ETA le disparó en la cabeza y, además, explotó el coche bomba con 13.5 kilos de dinamita pura. En qué parte del conflicto se ubica esa madre que debió ir a colegio a explicar a su hijo que unos salvajes mataron a su padre sin ninguna explicación. En qué parte. Puntos suspensivos. O, como exclama una madre “No tendrán mi autorización para negociar con la sangre de mi hija”. Porque a la hija de Tony Santiago la asesinaron cuando tenía seis años y ella tiene el dolor de esa muerte absurda.
ABC tiene en sus páginas sabatinas análisis bien diagramado y mejor escrito. Y en ellas uno encuentra el sustento para decir que, digan lo que digan, el periodismo escrito –se aceptan otras aseveraciones y opiniones, por supuesto- no tiene fin. The end. No, no me refiero a los objetivos, que sí los tiene, sino a su caducidad. Porque la palabra bien escrita solo se acabará cuando no tengamos nada que decir. Y sí tenemos mucho que decir aún.
q hagan un seguimineto a la alcaldesa del tigre.. la sr. betty vergara.. x k se da una trankasa…. de padre y señor mio.. con todos sus funcionarios..tanto en su casa como en lugares publicos.. como el complejo.. junto con su mas cercano tomador.. k es su asesor legal el sr. castro.
q hagan un seguimineto a la alcaldesa del tigre.. la sr. betty vergara.. x k se da una tomadera…. de padre y señor mio.. con todos sus funcionarios..tanto en su casa como en lugares publicos.. como el complejo.. junto con su mas cercano tomador.. k es su asesor legal el sr. castro.
Uyyyuuyuy un peridico importante pero pequeño, que vamos a hacer con dos eshpañoles, dedicate a lo que sabes.
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