El antiguo cine Belén o local partidario de la agrupación Mira – Loreto fue clausurado anoche de mala manera, pese a las protestas de los criaderos avícolas, los vendedores de huevos, de gallina, los aficionados a la pelea de gallos y los militantes del partido de Jorge Mera, afiliados a la agrupación política dirigida plumíferamente por don Jorge Monasi. Sucedió que el excelso tribunal de la Haya dictaminó que el aludido señor debería renunciar a su símbolo partidario, a la utilización indebida de los tiernos, inocentes y dulces polluelos. No podía ser que ejemplares tan tiernos participaran en una contienda política como carne de cañón o como emblemas de la búsqueda del pequeño poder consistorial o regional.
La denuncia contra ese maltrato animal, contra el pollicidio electoral, contra el abuso a las granjeros que se desvivían por criar a esas criaturas que después acabarían engrandeciendo la garganta nacional con el dorado y crocante pollo a la brasa, fue presentado por la Asociación Universal Avícola, con sede en Requena. El alegato fue extrañamente presentando faltando escasas horas para el día central de las elecciones del 2014. Más extrañamente los jueces hayistas casi de inmediato dieron su veredicto, evitando cualquier referencia a los nidos avícolas del beligerante Chile. El señor Monasi rechazó la decisión de la corte y confección, no amparándose en el derecho constitucional de pollos, gallos y gallinas ponederas, sino en un hecho lamentable.
En su exposición ante el gremio de comedores de gato, entidad que se ofreció para interceder en el diferendo, el aludido denunció que la asociación mundial avícola era una trampa. Porque era una fachada patrocinada por el señor Jorge Mera que se sentía celoso por los pollitos. Es que él era el gallo en persona y no aceptaba rivales que en el futuro le podían hacer inconvenientes. El tribunal ecuménico no acepto las razones miristas y procedió de acuerdo a ley.