Me decía un amigo de universidad, con mucho humor y realismo, que nos encaminamos a ser personas mayores. Es cierto, caminamos hacia ese puerto por razones biológicas y del tiempo. Cada día que pasa nos pesa, pero también de alguna manera adquirimos experiencia que puede traducirse en sabiduría de vida. Recuerdo que en mis años de la universidad, casi literalmente, recordaba fragmentos de libros y los citaba (hasta el número de página lo tenía grabado en mi memoria), ahora con el paso del tiempo, esa cualidad se ha transformado. Tengo la cita pero no la recuerdo en toda su extensión, apenas unas palabras, pero sí se me ha quedado grabado el pozo de reflexión de lo que quería decir ese párrafo y lo pongo más en contexto. Pierdo en algunos campos y gano en otros. Hay veces que las letras me bailan como una dislexia relativa o hay un olvido que luego de unas horas me viene el recuerdo. Al principio me enfadaba por estos yerros y olvidos, pero luego lo vas entendiendo. Son cambios que lo notas en carne propia, pero lo interesante es saber beber el paso del tiempo en el cáliz, sin amarguras ni resentimientos, que obnubilan valorar lo que has hecho. Ya desde hace un tiempo ando con algunas goteras, por ejemplo, el traumatólogo me dijo que tenía el “síndrome patelo femoral”, son palabras que al principio te deja patidifuso (y por qué no, chirrían) y al final te amistas con ellas; gracias a ese diagnóstico entiendo mejor que en los vuelos transatlánticos y cortos lo que debo evitar para que mis piernas vayan mejor y sin dolor; son los que nos dejan los años y el cuerpo es una buena medida de estos. Ambulas con cierto estoicismo con lo que uno observa, escucha. Te embarcas en proyectos no con el ánimo personal sino que estos tengan réditos más amplios. No quisiéramos llegar con el paso del tiempo a ser unos Narcisos, que todo gire alrededor nuestro o prestos a escuchar lisonjas que nos envanecen fútilmente el alma- en el fondo es un recurso muy tóxico y poco ejemplar. Se me venían estas ideas al leer el libro de Martha Nussbaum y Saul Levmore “Envejecer con sentido. Conversaciones sobre el amor, las arrugas y otros pesares”, uno de los momentos sobresalientes es cuando Nussbaum entabla un dialogo crítico con Cicerón y su opúsculo sobre la vejez; o cuando aborda el amor y el sexo en las personas mayores. Es una buena recomendación sumergirse en sus páginas aprovechando el buen tiempo de la primavera.

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