El no de la dignidad
Por Miguel Donayre Pinedo
Hace unos días dieron un premio a las artes plásticas y el artista al día siguiente desistió al premio a través de una carta pública y también al dinero que recibiría por el galardón. Hizo ascos y renunció porqué no creía en el Estado que es cómplice de guerras y que priorice ayuda a los banqueros en la actual crisis económica. Me pareció una actitud valiente en estos tiempos de tormenta. Excepcional. Debería ser un zurriagazo para muchos. Como lo hizo Sartre en su día con el premio Nobel, declinó a él. No tuvieron dudas, lo rechazaron. Querían tener las manos más limpias. Por higiene moral. En cambio, hay otros artistas y escritores que a lo largo de su vida han ido recibiendo premios como caramelos, y seguían premiándolos sin saber porqué y lo peor es que ellos seguían y siguen recibiendo premios sin muecas. De donde vengan. Con esas actitudes me parece que se marcan las líneas de lo ético. En unos gana la soberbia, la inflación de autoestima y en otros, la prudencia y saber cuando decir no.
Muy valiente Santiago Sierra, aqui una entrevista luego de rechazar el premio:
Santiago Sierra (Madrid, 1966) siempre se caracterizó por su afán de radicalidad y su decidida apuesta del arte como arma arrojadiza. No iba a serlo menos al recibir (y rechazar, acto seguido) el Premio Nacional de Artes Plásticas. No habían pasado 24 horas desde la difusión de la (buena) noticia cuando Sierra soltó el bombazo a través del blog Contraindicaciones. Allí argumentaba que rechazaba el premio, con sus correspondientes 30.000 euros, porque, en uso de su libertad, no quería colaborar con «un Estado que es cómplice de guerras dementes y que, entre otras muchas cosas, dona el dinero común a la banca». Es justo recordar que sí representó a ese Estado en la Bienal de Venecia de 2003.
«Quiero que me paguen por trabajar, no por hacer reverencias»
Mientras pasea por Australia su performance No al sistema, Sierra, artista bien considerado por el mercado, ha ampliado sus argumentos en esta entrevista, la primera que concede tras su rechazo. El intercambio se realizó por correo electrónico.
Pregunta. No abundan los casos de artistas que hayan renunciado a la púrpura de los premios oficiales (Sartre y el Nobel, Godard y el Oscar honorífico). ¿Por qué decidió rechazarlo?
Respuesta. Creo haber expuesto con mucha claridad mis razones en mi carta a la señora González-Sinde. No obstante, y por explicárselo de otro modo, digamos que ni por treinta ni por ochenta mil euros le daré nunca la mano a cómplices de la incoherente barbarie bancaria y militar, ni tampoco a gente que trabaja activamente contra el bien común.
P. ¿Era consciente del revuelo que se iba a armar?
R. Esperaba ser descuartizado como en otras ocasiones. Por el contrario mi correo está bloqueado con felicitaciones procedentes de todo el mundo. Creo que somos muchos los que estamos hartos ya de estar hartos de una casta política que se turna en el poder con el único objetivo de explotar a la población y ponerla al servicio de intereses privados.
P.Según ha explicado la ministra, cuando se lo comunicó usted respondió que estaba profundamente agradecido. No entiende que renunciara 24 horas después.
R. La ministra dice la verdad, estoy sinceramente agradecido a los profesionales del arte y la cultura por la decisión tomada. Lo digo sin ningún tipo de ironía.
P. En uso de su libertad, denuncia un Estado cómplice de las guerras, responsable de desmontar y liquidar del Estado de bienestar… Supongo que habrá leído los comentarios de satisfacción que muchos han volcado en el blog…
R. La democracia es una estafa, es la dictadura perfecta. Se elige entre dos dictadores: uno que sonríe y otro que gruñe. Ambos tienen los mismos jefes. Han convertido las elecciones en un acto de adhesión al régimen. Y si tras sus campañas propagandísticas multimediáticas no tragas, te mandan a los antidisturbios y listo. No sé hasta cuándo vamos a soportar esto, realmente no lo sé.
P.También hay lectores de su blog que no entienden qué diferencia hay entre aceptar un Premio Nacional o el encargo para trabajar en el pabellón de España en la Bienal de Venecia. ¿Puede argumentarla?
R. Pues es muy simple de entender: en un caso te pagan por una reverencia y en el otro por hacer tu trabajo. Mi trabajo, evidentemente, no es hacer genuflexiones ante nadie.
P.Su trabajo ha tenido siempre un fuerte contenido político. ¿Cree que es cada vez más necesario que los artistas presten su voz a la realidad política?
R. Los artistas, como cualquier otro miembro de la sociedad, deben hacer lo que les plazca, es cosa de cada uno, y yo no soy quién para decir a nadie lo que debe o no debe hacer.
P. ¿Qué importancia da al mercado un artista como usted?
R. El mercado lo es todo y no parece haber mas allá.
P. Cultura ha manifestado su deseo de utilizar los 30.000 euros que usted rechazó en comprar obra de artistas españoles. ¿Le parece buena idea?
R. Sí, claro, es una idea excelente. El mundo del arte está completamente tieso, ya de paso que no se olviden de comprarme algo a mí también.
P. ¿Qué le inspira la masacre que acaba de ocurrir en el Sáhara?
R. Lo mismo que las de México, Guatemala, Brasil o África Central. Si me permite la expresión, son unos malditos hijos de banquero, es decir, todo es puro business.
P.¿Cómo está siendo su experiencia de trabajo en Sidney? ¿Puede detallar qué es lo que está haciendo?
R. En Australia estoy preparando una muestra en la Queensland Art Gallery de Brisbane, y también daré unas conferencias en los institutos Cervantes de Sidney y Camberra.
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