ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

Email: vasquezj2@hotmail.com

Me informan para informarme que el profesor José Rodríguez Siguas -uno de los cuentistas loretanos que Tierra Nueva tuvo el privilegio de editar, publicar y presentar- ha escrito en las redes sociales una frase provocativa y provocadora: “+Fernando Najar Freyre: «Dicen que fue polémica la entrevista a Yván Vásquez Valera en el programa «En Directo». Acabo de verla; creo que el pelado salió ileso y con su retórica de siempre». Entonces, fue algo así como el choque de Tilsa Lozano y Magaly Medina. Jaja. El único que hace (o hacía) entrevistas polémicas es/era Jaime Vásquez, que ahora anda haciendo campaña para Víctor Isla (quien por cierto ahora se ha convertido en el amigo de todos).

Bien por Pepe, bien por la provocación, rebien por el recuerdo necesario y merecidísimo hoy que me encuentro en algún lugar del mapamundi –él que sabe y quiere tanto a las palabras parasintéticas- y que estoy sumido en la lectura excluyente de un libro demoledor, de esos que también tanto le gustan.

Puedo estar fuera de órbita pero no fuera de las redes sociales en estos tiempos de antisociales. Y por eso y la curiosidad de lo escrito por Pepe Rodríguez –del otro Rodríguez beneficiario más no benefactor de la Beneficencia ya habrá tiempo para escribir- me lleva a las redes sociales y al leer su frase llego al convencimiento que mis amigos literarios –o los que dicen serlo- tienen licencia para todo. Incluso para especular y no acudir a la fuente. Total, ni los periodistas ya acuden a la fuente ¿por qué tendría que hacerlo un cuentista libérrimo como el profesor del glorioso CNI, aunque en su perfil leo con asombro que enseña en “República de Venezuela”.

La frase de Pepe provoca coincidencias y divergencias. Todas ellas comprensibles y respetadas, por supuesto. La entrevista a la que hace alusión no pasó de una señora monotemática y llena de lugares comunes e insustanciales frente a un político entendido y dribleador seguro del conocimiento que posee de los temas que aborda. Qué más se puede decir. Nada más. Creo. Sin meter a Tilsa y Magaly en el lío porque esas son cosas mayores.

Y eso de jugar con el presente y pasado, o mejor decir con el pretérito –que me imagino también tanto debe gustar al autor de “Entre juegos y fugas”- para ingresar al terreno de la especulación es un juego que me agrada pero no lo práctico. Y por estos días ando metido como un zombi –aunque Pepe quizás prefiera que escriba zombie, a él que tanto le agradan los anglicismos- en la lectura de algunos textos que, espero, me ayuden a escribir mejor. Y ya habrá tiempo para hacer campañas políticas para que gane o pierda uno de los candidatos de esos que en Loreto abundan más que los buenos editores.