1.-Durante mi lenta y almagrada convalecencia, había perdido cerca de catorce kilos, un amigo Alfonso Castro, cinéfilo empedernido, me manda una foto donde aparece un personaje célebre, conocido mundialmente, con tres chicas de Isla Grande, corrían los años de 1981. Me sacó del estado de ansiedad en que estaba envuelto, era un bucle difícil de salir. Para muchos Isla Grande era un pueblo caótico perdido en la maraña, lo sigue siendo. Me viene bruscamente a la memoria esos primeros años del 81 porque yo iba al segundo año de mi devaluada universidad y vivía un rifirrafe entre el derecho y la literatura. En esos años tuve los primeros amagos o febriles brotes de abandonar la carrera de Derecho y dedicarme a tiempo completo a la Literatura, esos amores furtivos y clandestinos había de acabarse me dije en un alarde de radicalismo, eligiendo a la Literatura. Añoro esos mares de fondo. En esos momentos, recuerdo que no sabía cómo hacer pacífica esa convivencia entre la Literatura y el Derecho que lo aprendí con los años sin ser ajeno a las tensiones que todavía nos embridan.
Miré con detalle la foto que me llegó al móvil. Más que una imagen nos regalaba un pedazo de relato. Esta imagen esconde una maraña de historias entrecruzadas, dije sonriendo para mis adentros. Decidí reenviar la foto a patas y conocidos. Era en plan de una encuesta rápida y empírica, poco ortodoxa también hay que decirlo. A quienes envié la foto reconocieron de inmediato al célebre cantante, pero obviaron a las tres coprotagonistas de la foto. Ninguno preguntó por ellas, me llamó la atención que las miradas se centraran en el divo y no a las muchachas que le acompañaban ¿era un defecto en la mirada?, ¿relucía mi puñetera distorsión ocular de obviar el centro y fijarse en los alrededores?
2.-La foto es de tres personas sentadas en un aparente puesto de venta de un mercado, se nota en la imagen un sello que lleva el nombre de Cucho P. Dos de las chicas llevan vestidos de tirantes. La otra lleva una camiseta que simula ser un peto y vaqueros claros. Las tres muchachas llevan sandalias, dos de ellas casi iguales, la otra de color negro. La del extremo izquierdo luce un vestido de lunares y muestra relajada una sonrisa, entre manos lleva algo, parece una caja, aunque no se distingue bien. Seguida a ella, está otra muchacha vestida de color verde y está cruzando las piernas. Al lado de esta joven que esboza una leve sonrisa relajada a la cámara está Mick Jagger, sonriente. Con camisa, pero desabrochada que por el cuello se nota la cuerda de unas gafas negras que le cuelgan por el tórax. El también ensaya una sonrisa, nada falsa, da la impresión que está feliz en ese ambiente y en la foto. Viste vaqueros y zapatillas de marca (lo digo porque aparece el logo), entre las piernas parece que lleva una cámara filmadora, pero no se ve bien en la foto. Está relajado como si fuera su casa. En el extremo derecho está la chica de la camiseta peto también muestra una sonrisa discreta y en las manos lleva algo ¿era un aguaje? No se puede saber. Y es abrazada por Jagger para la foto, pareciera una ingenua foto de amigos que se encuentran y deciden inmortalizar el momento. En el suelo hay un mantel que se han olvidado recogerlo. En el extremo izquierdo aparece una mujer, mejor dicho, el vestido de una mujer con sandalias, pero no aparece su rostro. El fondo de la foto es una pared de madera. Si aguzas bien el ojo, donde termina la pared de madera, parece el perfil de un árbol y parece una calle y hay una rueda de una moto (en ese entonces no había motocarros todavía, eso quiero creer). Aquí la foto, lo que viene después son historias.
3.-Mick Jagger aparece en la foto por la sencilla razón que había ido a Isla Grande porque tenía un papel en la película de Herzog “Fitzcarraldo”. En ese momento Jagger estaba casado con una modelo. Su fama de icono de la contracultura había traspasado fronteras y la foto no defrauda en ese sentido. Sus posaderas descansan en un puesto de venta, presumiblemente, de un mercado ¿el mercado Belén?, ¿será el mercado Belén?, posando con unas amigas de paso. Hago una pausa mientras bebo un sorbo de té de rooibos. Todavía tengo dificultades para respirar, sé que hay un relato sumergido en la imagen, me espolea. De la historia que gráfica la foto son ellas las que dan más miga que Jagger, repaso atascado en un tsunami de preguntas ¿Que hacían ellas en el momento de la foto?, ¿Dónde se tomaron la foto y sí eran conscientes que posaban junto a un divo del rock?, ¿Qué será de sus vidas? A través de un amigo, luego de llamadas y mensajes por el watsap, pude saber el nombre de una de las muchachas que acompañaban a Jagger, la publicó un diario ante la venida de Jagger muchos años después a Lima. Pero la historia sigue allí, me acosa, me muerde y da vueltas ¿Puede ser el inicio de una larga historia?