ESCRIBE: Percy Vìlchez Vela.

El libro de cuentos Distancias, del escritor y docente José Rodríguez Siguas, aparece en un momento en que el desastre regional y nacional se ahonda. Atrás quedan las ilusiones truncas de tantas generaciones, el país próspero del Conde de Lemos, el Perú liberado de El Amauta, la promesa de la vida peruana del historiador Jorge Basadre, el país que no es burdel de don Pablo Macera, y siempre queda la terrible pregunta de Santiago Zavala: ¿En qué momento se había jodido el Perú?

El amazónico del presente, el peruano de este momento, es un perdedor garantizado. Todo o casi todo que emprende acaba en derrota y frustración. Toda la obra cuentística del maestro Julio Ramón Ribeyro es un testimonio de la ruina nacional, salvo algunas felices excepciones. En el libro de cuentos de Rodríguez Siguas hay unos retratos o piezas de la derrota provinciana.

Desde el primer cuento hasta el último el desengaño atraviesa las experiencias de los personajes, la mentira gobierna sus días desilusionados. Desde ese punto de vista el cuento más ilustrativo es el que se refiere al ámbito del Edén bíblico, Pacaya-Samiria, inventado por el licenciado Antonio de León Pinelo. El guardaparques, que es el personaje principal, atraviesa un espacio de villanías, de dolos, de labor de pequeños sicarios de la madera y los quelonios.

Los demás cuentos se refieren a sueños truncos, a experiencias larvadas, a vacilones estériles, a amores adúlteros o fracasados, víctimas del machismo habitual. La vida violada, en suma. Lejos de cualquier ilusión de decencia, de dicha, aunque sea efímera.

«Lo mejor que se puede hacer en el Perú es emigrar», dijo alguna vez el libertador Simón Bolívar. El autor del libro que comentamos ratifica la recomendación bolivariana y agregando que ese tas es invisible desde los días del trauma que fue la conquista española.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí