ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

¿Tú sabes todo lo que significa para mi Pro & Contra?… Cómo no voy a saber, me respondió Carlos Maurilio, mi hijo, mientras regresábamos de jugar más de una hora de frontón. Ese singular “tengo, imperceptiblemente, se fue convirtiendo en el plural “tenemos” con colegas, amigos y familiares que ha sido la base para cumplir tres décadas en este oficio tan controvertido como incomprendido y combatido en todas partes del mundo. A veces olvido esta efemérides, del mes y año que apareción. La festividad de San Pedro y San Pablo acude para recordarme.


Cuando apareció el semanario un miércoles 30 de junio de 1993 en formato innovador y diagramación desordenada nada hacía presagiar su permanencia porque había empeñado mis ahorros, generados en dos becas que el padre Joaquín García me ayudó a conseguir en Ecuador y Estados Unidos de Nortemérica, para cubrir los tres primeros meses de aventura. Los colegas, entre los que estaban Oraldo Reátegui, Hercilia del Águila y Manuel Rosas, se unieron a la aventura y luego partieron para seguir aventuras propias en las que brillaron pero dejaron su brillo en la redacción y, cómo no, en las charlas juveniles que en algún rincón envejecieron. Los tres merecen una nota aparte que algún día me atreveré a escribir. Los colegas colaboradores como Guillermo Flores Arrué, Moisés Panduro y Percy Vilchez se entusiasmaron con su propio estilo con “el bitinto”, frase con la que identificó el gordo Guillermo a esas páginas con portada en negro y verde.

Todos esos años iniciales y los posteriores, hasta llegar a este junio 2023, nos sirvieron para conocer que no todo colega es amigo, que no todo amigo es colega. Percy Vílchez llegó a la redacción con toda su erudición y hasta hoy es un columnista destacado con el que he cruzado charcos y navegado por varias aguas, las turbulentas y mansas, sin deteternos en las aguas turbias. De eso se trata la vida y el periodismo es parte de ella. Qué curioso ¿no? En los dos tríos que acabo de nombrar se menciona a uno que ya falleció. Oraldo y Guillermo ya no están, pero cada aniversario es inevitable recordarlos. Lo que demuestra que no han muerto. Dicho esto, es bueno deternerse en la familia. La biológica y de la otra.


Tres décadas después, ya con las canas peinando con igual ganas, podría echar mano de tantos casos en que los proyectos periodísticos devienen en familiares. Siempre quise mantener al margen del oficio a Mónica por aquello que no se debe mezclar la familia con y el trabajo. Los hechos me han demostrado que es todo lo contrario. Si Pro & Contra ha llegado a estos años es porque Mónica se metió en este asunto. “Voy a bajar a administrar así no lo quieras”, me dijo una mañana sin aún preparar el desayuno. Y vaya que sí lo ordenó. Y estaba preparada para ello. No sólo porque cuando me lo dijo ya había postergado, machistamente, muchas veces hablar del tema sino porque su determinación no estaba sometida a autorizaciones. Con la tranquilidad de los dos vástagos que hemos procreado y seguimos criando en ellos tres está resumida la ayuda de hermanos, tíos, cuñados, padres y demás familiares.


Hay omisiones voluntarias y no tan voluntarias. Es imposible nombrar a todos. Sin embargo, lejos de Punchana y con las mismas ganas de seguir en la brega, he encontrado textos estupendos de Guillermo Thordike y Fernando Barcia García, dos periodistas que, a juzgar por los libros dejados, escribían con fruición en una combinación de conocimiento y talento. Para hablar de los ya inmortales, claro. Porque la paternidad periodística de José María Salcedo ha sido vital para no desmayar en el intento de colocar grafías a los acontecimientos y pensamientos. Es cierto que he frecuentado a los colegas de todas las edades, bondades y géneros, entre curas sabedores y sabidos, entre políticos y científicos, entre dirigentes y dirigidos, entre gallos y medianoche, ¿Cuánto diera por retroceder en el tiempo y convertirme en ayudante de ese gallego que dirigió “El impreso” en Iquitos y al que el periodismo debería rendir homenaje. Me refiero a Fernando Barcía García.


Si un resumen de estas tres décadas podría dar es que han sido años lindos con colegas, amigos y familia. De eso se trata el periodismo y la vida. Pro & Contra nació como una reafirmación del periodismo escrito y ha tenido que transitar por el televisivo, radiofónico y el ciberespacio con las llamadas redes sociales. Ojalá que cuando me toqué dejar de ser director no pierda nunca la dirección y quienes continuen el camino tengan en este triunvirato el secreto de la permanencia.