Tras los pasos de Niemeyer
Por Miguel Donayre Pinedo
En tren desde Madrid a Avilés se llega en aproximadamente unas seis horas. El tren desde allí llevará hasta Gijón [famosa por la semana negra de Xixón (en bable), en actualidad está en plena crisis por razones de presupuesto]. En Gijón debes tomar un tren de vía estrecha (FEVES), vas pasando por pueblos costeros y fábricas, y llegas a Avilés. El objetivo era el centro Niemeyer, de reciente inauguración. Recordemos que Oscar Niemeyer es el arquitecto o protagonista del diseño urbano de Brasilia. Desde muy lejos se puede ver un enorme plato boca abajo que es una de las señas de identidad de este arquitecto brasileño y en el edificio donde está el teatro, que parece una ola, está estampada la figura de una sensual mujer joven como echada en la playa. Hay trazos en las edificaciones muy reconocibles al ojo, y dices con seguridad, este es Niemeyer. Lo interesante es que en una ría, y al lado de edificios de fábricas que echan humo a la atmósfera, hay esta propuesta cultural [el caso de Bilbao es también con la misma lógica de intervención]. En una de sus salas de exposición, pudimos gozar de la muestra, “Máscaras y miniaturas”, del poeta nigeriano y Premio Nobel, Wole Soyinka. De su colección particular repasas y descubres máscaras que esconden profundas religiosidades. Mensajes para descodificar. Un buen pretexto para desconectar de la urbe.
Niemeyer tiene entre sus ultimas realizaciones arquitectonicas la llamada Cidade Administrativa ubicada en Belo Horizonte, capital de l estado de Minas Gerais.
Grandiosa obra donde lo contemporaneo no tiene limites.
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