Dicen que las redes sociales generan adicción – aunque en realidad depende el tipo de uso que uno lo de- . No niego que paro metido allí por casi 24 horas. Más aún, en estos tiempos, en pleno siglo XXI, la mayor parte de la movilización  informática, acerca de los acontecimientos y sucesos del día a día, a nivel local, nacional e internacional, se encuentran allí – realmente se encuentra de todo en las redes sociales. Para mí, francamente, es un medio que permite a uno, quizás, tener un acercamiento más próximo a la realidad circundante.

Hago mención de ello por el hecho que hace unos días navegando en Facebook, me encontré con un video de la festividad de San Juan y de la costumbre que tienen algunos pobladores de la ciudad. Costumbre que forman parte de la creencia pueblerina de antaños y que han sido transmitidos de generación en generación.  Muy a parte que en esa festividad, en Iquitos, por lo menos, la gente suele ir de paseo a lugares que citan por la carretera, así como concurren al distrito de San Juan “a ver lo nuevo” que preparan  por la festividad – y que claramente, desde mi humilde opinión citadina, no se observa nada nuevo, lo mismo de siempre, lo mismo que realizan cada 24 de junio, puestos de venta, presentación de supuesto actos artísticos, que en cierto modo están perdiendo el verdadero sentir de la festividad de San Juan, y entre otros que no resalta el sentir cultural de la región-.

Pero bueno, ese tema ya se deja opinión de cada quién. Pero al punto al que quería llegar, del video que había visto en Facebook, era que mostraba la tradición que algunas familias Loretanas realizan por la festividad San Juanina como el salto de shunto, el cual la creencia radica en que el fuego que es parte del shunto, el cual se tiene que saltar, quema la impureza del cuerpo, renovando tu energía y haciendo de uno persona de bien, de buen actuar y, encima, próspera. Así como el irse a bañarse en el río o en alguna laguna, como significado que el Patrono San Juan los Bendiga en algún proyecto que piensan realizar. Realmente me hubiese gustado que en ese video se muestre algunas cosas más de las supersticiones existente en la selva amazónica peruana por el tema de la festividad de San Juan, como el bañarse a la media noche del 24 de junio con la intención que San Juan los bendiga y les realice una limpieza espiritual, sacando de la persona quien realiza el baño lo impuro que hay en su cuerpo, aquella impureza que no le permite progresar; así como el pasar a la persona en todo su cuerpo, con La Ishanga, con la intención de hacer de esa persona rápida, ágil, para que no tenga flojera – recuerdo que esto cada 24 de junio mi querida abuelita, que en paz descanse, nos lo hacía a mi primo, a mis hermanas y a mí, justamente cuando estábamos durmiendo, con la finalidad de no ser supuestamente personas ociosas; por el contrario, que fuéramos personas pilas, balas y que hagamos las cosas rápidas, pero bien hechas. Ya después de sufrir las ronchas que nos sacaba la planta de la Ishanga, de tantos rascarnos el cuerpo por donde nos habían pasando la planta porque causaba una tremenda picazón en todo el cuerpo, nos íbamos de paseo por la carretera, como se sigue celebrando hoy en día la festividad; claro está con su respectiva chicha de jora (heladita) y su juane, acompañado de su salsa de cocona o de cebolla – el solo pensarlo se me hace agua la boca-.

Así como las mencionadas anteriormente, existen muchas más supersticiones y creencias de la cuales cada año me entero una nueva.

Sinceramente la Amazonía Peruana es inmensamente rica y muy supersticiosa y, justamente eso lo hace misteriosa e intrigante.