* Loyda Escobar Arbildo lleva más de 30 años sosteniendo su hogar con la venta de adornos artesanales.
Loyda Escobar Arbildo convirtió el trabajo constante y la creatividad en una forma de vida. Desde hace más de tres décadas, mantiene su puesto de venta de alcancías y adornos pintados a mano en la esquina de Calvo de Araujo con Pilco Pérez. Con ingresos modestos pero continuos, logró educar a todos sus hijos, quienes hoy son profesionales. “Por lo poquito, hice mucho”, afirmó.
Sus productos, que van desde los 10 hasta los 50 soles, son accesibles y pensados para todo bolsillo. Escobar invitó a la ciudadanía a apoyar el comercio local y deja un mensaje a otras madres emprendedoras: “Con esmero y dedicación, uno sale adelante. No hay que decaer”. Su historia refleja cómo el esfuerzo diario puede marcar una diferencia en la vida familiar.
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