Percy Vílchez Vela
En el vasto y universal tribunal de la Haya es motivo de discusión el reclamo que presentó hace tres años el líder de la gallera más quejumbrosa que se conozca. Don Jorge Mera, vestido como gallo, agitando sus brazos como si fueran alas, y lanzando cantos a diestra y siniestra, apareció en la ciudad holandesa con una serie de documentos donde presumiblemente demostrado el fraude en las elecciones de octubre del año pasado. En su discurso de presentación el líder dijo que manos oscuras y avezadas personas le habían robado la victoria, denigró a Elisban Ochoa como conspirador máximo y acusó a los organismos electorales de estar confabulados en su contra. En seguida agitó sus brazos y canto como un gallo de corral repleto de gallinas ponedoras. Sin dejar de agitar sus brazos y lanzando cantos estruendosos recorrió las calles de esa urbe y pidió al papa Francisco que intercediera en su favor.
Después armó un entablado en plena plaza de la ciudad holandesa y día y noche se dedicó a agitar sus brazos y cantar con bizarría. Era su manera de tratar de incidir en el veredicto de los viejos y curtidos jueces de aquel tribunal de la tierra. Luego improvisaba discursos donde saltaba a flote su capacidad de gobernante destinado a sacar a Loreto del retraso y del marasmo. Era entonces un verdadero torbellino que pedía justicia para su causa. Hasta ese entonces había agotado todas las gestiones de reclamo y el tribunal de La Haya era el último recurso que le quedaba. Los miembros de dicho tribunal se perdieron en serias y académicas discusiones hablando en arameo y confundieron las cosas, equivocaron el nombre de la ciudad de Iquitos y no lograron obtener las pruebas mencionadas por Mera.
De manera que todo quedó trabado en un confuso intercambio de datos falsos y de falsas pesquisas. Así las cosas el veredicto se fue retrasando y los jueces decían que en cualquier momento salía el resultado. Pero hasta ahora el veredicto no sale y los miembros del tribunal universal se esconden de las indagaciones que hace Jorge Mera que no deja de agitar los brazos ni de cantar. En estos momentos, al cierre de esta edición, está seguro de que en cualquier momento el tribunal fallará a su favor y recién entonces podrá apoderarse del gobierno regional de Loreto.