Quiero un gobierno (II)

–          Que prometa nunca más colocarnos ante un escenario dictatorial como el autogolpe de Alberto Fujimori, en 1992, o el golpe del General Velasco, en 1968.

–          Que respete la libertad de expresión y prometa nunca maniatarla, acogotarla, sobornarla o aniquilarla.

–          Que respete la propiedad privada y fomente la creación de riqueza de sus ciudadanos.

–          Que no se olvide de sus principales roles en cuanto a salud, educación y defensa de la soberanía interna y externa.

–          Que no viole impunemente los derechos humanos, que no fomente o sea cómplice de torturas, desapariciones o ejecuciones extrajudiciales. Que no contribuya con la impunidad y el abuso.

–          Que no permita el contrabando y deje de lado ese afán permanente – y fracasado – de intentar convertir al Estado en paquidérmico e ineficiente. Que tenga presente los logros de la estabilidad económica pero haga lo suficiente para que esos beneficios le toquen a todos.

–          Que intente, por una vez siquiera, intentar hacer funcionar la administración pública a partir de  la meritocracia y la competitividad.

–          Que combata definitiva y enérgicamente el tarjetazo, el compadrazgo y la prebenda en los contratos y adquisiciones públicas.

–          Que se inflexible con la corrupción. Que ponga a trabajar de modo independiente y claro en la Contraloría y en los entes fiscalizadores. Que tenga como meta ahorrarnos a nivel colectivo los miles de millones que se han robado esos delincuentes de cuello y corbata.

–          Que recuerde a la Amazonía, que controle la represión, que dialogue y plantee propuesta para el Ande, para el Perú fuera de Lima.

–          Que no piense en exoneraciones que solo beneficie a unos cuantos especuladores, que promueve realmente competencias, reglas claras y desarrollo competitivo.

–          Que le garantice a los consumidores reales y claras garantías para fiscalizar los abusos de las empresas prestadoras de servicios.

–          Que combata firmemente la discriminación, en cualquier tipo de esfera, y promueva la igualdad de derechos, no la exclusión

–          Que frene el abuso de las services. Que acabe con la dictadura desvergonzada y usurera de las AFP’s, que derogue esa absurda discriminación laboral llamada CAS.

–          Que se enfrente cara a cara con quien tenga que hacerlo para defendernos del populismo y el estatismo asfixiante. Que no nos someta ideológicamente a ninguna tiranía extranjera (cualquiera sea el signo ideológica de esta).

–          Que empiece de una vez, por Dios, con la reforma educativa, antes que sigamos siendo una sociedad donde los ciudadanos tienen dinero en el bolsillo pero no conocimientos, pero no memoria, pero no dignidad.

–          Que, de una vez, se deje de cuentos y empiece a desmontar todo el narco Estado, y la sensación de permanente lavandería en que se mueve nuestra economía.

–          Que crea sinceramente en la promoción de la ciencia y tecnología, en el desarrollo de las actividades culturales y artísticas, que ayude a la conservación y genere una verdadera movilización para que los ciudadanos tengan derecho a una conectividad adecuada e integral.

–          Que recuerde que las Fuerzas Armadas son importantes, pero no son el sostén del poder, que ellas están subordinadas en democracia.

–          Que respete la dignidad de los pueblos indígenas, que se plante frente a los abusos contra el medio ambiente, que no se deje engatusar por los cantos de sirena alarmistas de cualquier tipo.

–          Que no olvide a los marginados de la bonanza económica, que no deje de lado su capacidad para la compasión y la solidaridad. Que no se vuelva en un monstruo grande que pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente.

–          Que se acuerde en desmontar todos los conflictos sociales que, cual bombas de tiempo, aún permanecen sin resolver en todo el país.

–          Que no pase por encima del pueblo y no lo considera una decoración o un mero anzuelo para captar votos. Que promueva ciudadanía y reflexión.

–          Que sea digno de confianza. Que aspire al Bien Común, sin quitarle nada a nadie, sin expropiarle nada a nadie, sin matar ni robar a nadie, sin aplicar la táctica de los vencedores y los vencidos para dividir y triunfar temporalmente.

–          Que piense que todos aportan, que nadie sobra. Que todos construimos, antes que una marca o un edificio, una Nación.