Paradojas ambientales
Muchos ambientalistas combativos piensan que apoltronarse en las faldas del Estado es la mejor ubicación para dar guerra y cumplir con los deseos [¿utópicos?] de cambios ambientales en las políticas públicas y, por que no en la legislación, es un craso error de perspectiva. El Estado tiene su propia dinámica e inercia. En esta misma lógica los gritos reivindicativos y críticos de los ambientalistas son tomados con cuidado [incluso son denostados como puede verse en Cajamarca] y sin prisa de parte de quienes ocupan puestos dentro de la Administración pública. Recuerdo que en Lima hace unos años me enteré con sorpresa de un alud de protestas de cara a una posible explotación petrolera dentro y en los alrededores de la Reserva Nacional Pacaya Samiria [en esos momentos estaba de paso por una ONG a la que pertenecía el actual ministro del Ambiente y era una de las líderes de las protestas]. Se armó una enorme batahola, no se podía explotar dentro de la reserva ni en las zonas de influencia por los posibles impactos negativos de estas explotaciones petroleras [no solo a la biodiversidad sino también a personas y comunidades, por lo general, estas explotaciones desarticulan aspectos sociales]. Ellos y ellas [algunos de ellos ejercían como abogados de las industrias químicas en el día, en las noche golpeándose el pecho daban sus fuerzas a esta ONG ambientalista], con rostro serio, con trajes de marca y corbatas caras, sabían más, al menos presumían, que muchas de las personas que estaban sobre el terreno [era para ponerse triste y reír para no llorar]. Como consecuencia de esas protestas se obtuvo financiamiento para proyectos de desarrollo en esa zona cuyos impactos/ resultados mucha de la población no lo hace hasta hoy tangible, al menos no se observan fehacientemente. Hace unos días se publicó la noticia que en la zona del Puinahua, por Bretaña, han descubierto recursos para la explotación petrolera y vaya paradoja, el ministro del Ambiente es el mismo que protestó en su día ante una posible explotación ¿Qué hará el ministro? ¿Dirá tierra trágame?, ¿eso se llama desarrollo sostenible [concepto/definición que cada día creo menos]? Seguro, como pasa en todos los sitios, afeará la cara y pasará el mal trago, y rezongará, ah, esos años.
