ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

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En verdad no había tomado muy en serio la frase que me soltó unos meses atrás de frente y sin dudas ni murmuraciones un colega que ayudó al flaco a llegar donde está: “hemos cambiado mocos por babas y te lo digo yo que algo lo conozco”.  Esta mañana altoamazonense me he despertado con la bendita frase y, me imagino, que será porque en la retina aún retengo las pintas multicolores y las letras uniformes donde se promociona la candidatura presidencial de un tipo que si algo ha demostrado en los últimos años es su lobbysmo por y contra la Amazonía. Será, también, porque en esas pintas se divulga con cierta vulgaridad teletroquera a un personaje que, más allá de sus anónimas cualidades personales o bajezas, también personales, esconde una manera impropia que tanto daño ha hecho a la política y a la región: primero tú mismo te eliges como candidato, gastas plata del erario nacional en pintas, buscas una agrupación nacional que te cobije y, después…  mucho después buscas tu oficialización como postulante. Ahh, me olvidaba, en el interin vas derramando lisuras en contra de quienes crees te pueden obstaculizar el camino al triunfo y para ello no reparas en frases, no analizas honras y menos apelas a la racionalidad. No. Ése es el camino más antidemocrático porque que está sustentado únicamente en el poder económico.

Pero volviendo a la frase del colega que, en verdad, me abrasa quemante esta mañana donde, para variar, la empresa que brinda servicios de energía eléctrica acaba de cortar el suministro en Yurimaguas. Como para recordarnos que estamos en territorio selvático. Digo, volviendo a esa frase, no puedo esquivar unas reflexiones que suenan a justificaciones. No hay nada de qué sorprenderse de la actitud de este flaco. Pues sino todos una buena parte de los colegas que lo apoyaron en el triunfo de octubre del año pasado sabían que el dinero que financiaba sus propósitos venía de manos negras, de constructores hipocritones, de empresarios que apuestan por la multiplicación de sus cuentas y por sachaperiodistas que cantan sus frustraciones al aire con la misma convicción que las putas de mi infancia se quitaban los calzones y lo tiraban al taburete. Así que si tu origen es burdelesco y corrupto no hay duda que tu destino será ese camino y estará impregnado de esa característica. Claro que, otra verdad también, no se esperaba que a los tres, seis u ocho meses la realidad explotara en la cara de quienes impulsaron esa candidatura. Pero, así es la vida, como dice la canción.

Así que, amigos lectores, no hay que preocuparse del flaco que nos mandó el destino sino de los flacos que nos mandará la vida. Porque esas pintas tecnicolores y esos nombres reiterativos que inundan las remuneradas paredes de la región Loreto no están diciendo otra cosa que la historia no termina sino solo continúa.