Hasta terminar mi columna, anunciaban que la pelea para la segunda vuelta contra Keiko, sería entre PPK y Verónika Mendoza. No me explayaré en preferencias personales sobre quién quisiera que gane,  sino en observaciones generales sobre la masa votante.

Durante la contienda política, Guzmán y Acuña quedaron fuera de carrera, frente a ello, muchos de sus seguidores por medio de la redes sociales expresaban su posición de Voto Nulo debido a que sus postulantes a la presidencia no iban; considero que es una irresponsabilidad votar por nadie con la justificación antes señalada; está bien no votar por alguno si no se conoce sus propuestas, si no se tuvo las herramientas para informarse; pero si se está inmiscuido desinteresadamente en la política, entendiendo a ésta como la vocación de servir y guiar adecuadamente a un pueblo, uno no se puede cerrar a nuevas posibilidades de cambios o mejoras; en tal sentido, si el candidato de preferencia ya no continúa en estas elecciones y se supone que si es de preferencia es porque sus objetivos de llegar al poder ejecutivo son motivados por intereses elevados, son la voz del pueblo y no del bolsillo; entonces, siguiendo la lógica del desarrollo nacional, la decisión mas acertada es  leer las otras propuestas; de tantos candidatos que hubo en éstas elecciones, seguro que hay otros aparte del preferido con planes de gobierno iguales o hasta mejores.

Asimismo, considero que el Voto Nulo por parte de personas con nivel de educación promedio bajo pretexto que sus ídolos políticos no van, me hacen pensar que sus pensamientos se acerca al punto del fanatismo como si el candidato fuera un Rock Star, por tal, sus decisiones más que por la razón, se rigen por las emociones, es una decisión subjetiva cuando en éstos contextos se necesita optar por la postura objetiva, no individualista. Ya no va el candidato de preferencia, pues tocó informarse de las otras propuestas para continuar con el progreso.

Por otro lado, si bien ahora se tomaron las medidas necesarias para que los postulantes al Congreso y a la presidencia de la República del Perú no hagan regalos en campaña con el fin de manipular los votos de la sociedad; no obstante, se pudo observar que la masa de votantes manipulables aún es la mayoría. No se nos permite concebir cómo es posible que candidatos que ya fueron autoridades públicas y realizaron actos corruptos evidenciados socialmente pero anulados judicialmente, tengan relativa aceptación del pueblo. Ante tal dilema solo queda seguir instruyéndose en el arte del conocimiento y la paciencia por un Perú más justo y sano.