Nuevos profesionales

El rector Antonio Pasquel Ruiz dio un discurso motivador para los jóvenes egresados a quienes instó a dejar en alto a su alma máter y también a demostrar profesionalismo, ética y compromiso en sus actos para engrandecer a la región.

El viernes pasado se graduaron los egresados de las Facultades de Ingeniería Química (FIQ) y de la Facultad de Ciencias Económicas y de Negocios (FACEN) en nuestra Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP). Actividad que fue una fiesta académica donde los estudiantes se despidieron de la universidad para pasar a formar parte de los bachilleres egresados quienes tendrán la responsabilidad de crear nuevas tecnologías, administrar, gerenciar, liderar e innovar las empresas y estrategias de desarrollo que engrandecerán la Amazonía.

En la Facultad de Ingeniería Química fueron 20 los egresados; el rector Antonio Pasquel Ruiz graduó al primer lugar Willy Junior Bazán Alván, mientras que el vicerrector académico Carlos Hernán Zumaeta Vásquez graduó al segundo puesto Miguel Ángel Cornejo Chujutalli, los demás egresados fueron graduados en orden alfabético por el decano Jorge Armando Vásquez Pinedo.

2 COMENTARIOS

  1. Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro…
    y a veces lloro sin querer.

    Plural ha sido la celeste
    historia de mi corazón.
    Era una dulce niña, en este
    mundo de duelo y aflicción.

    Miraba como el alba pura;
    sonreía como una flor.
    Era su cabellera obscura
    hecha de noche y de dolor.

    Yo era tímido como un niño.
    Ella, naturalmente, fue,
    para mi amor hecho de armiño,
    Herodías y Salomé…

    Juventud, divino tesoro
    ¡ya te vas para no volver…!
    Cuando quiero llorar, no lloro,
    y a veces lloro sin querer…

    La otra fue más sensitiva,
    y más consoladora y más
    halagadora y expresiva,
    cual no pensé encontrar jamás.

    Pues a su continua ternura
    una pasión violenta unía.
    En un peplo de gasa pura
    una bacante se envolvía…

    En sus brazos tomó mi ensueño
    y lo arrulló como a un bebé…
    Y le mató, triste y pequeño
    falto de luz, falto de fe…

    Juventud, divino tesoro,
    ¡te fuiste para no volver!
    Cuando quiero llorar, no lloro,
    y a veces lloro sin querer…

    Otra juzgó que era mi boca
    el estuche de su pasión
    y que me roería, loca,
    con sus dientes el corazón

    poniendo en un amor de exceso
    la mira de su voluntad,
    mientras eran abrazo y beso
    síntesis de la eternidad:

    y de nuestra carne ligera
    imaginar siempre un Edén,
    sin pensar que la Primavera
    y la carne acaban también…

    Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!…
    Cuando quiero llorar, no lloro,
    ¡y a veces lloro sin querer!

    ¡Y las demás!, en tantos climas,
    en tantas tierras, siempre son,
    si no pretexto de mis rimas,
    fantasmas de mi corazón.

    En vano busqué a la princesa
    que estaba triste de esperar.
    La vida es dura. Amarga y pesa.
    ¡Ya no hay princesa que cantar!

    Mas a pesar del tiempo terco,
    mi sed de amor no tiene fin;
    con el cabello gris me acerco
    a los rosales del jardín…

    Juventud, divino tesoro,
    ¡ya te vas para no volver!…
    Cuando quiero llorar, no lloro,
    y a veces lloro sin querer…

    ¡Mas es mía el Alba de oro!

  2. Me gustaría que estos jóvenes que hoy egresan de las aulas universitarias lo primero que hagan sea investigar lo que significan la palabras «profesión» y «profesional» porque resulta que la mayoria de personas egresadas de una universidad se hacen llamar profesionales cuando en realidad no lo son, su conducta dista mucho del significado de dicho término. Resulta que hoy el profesional no se diferencia en nada de quien no lo es: A cada paso vemos, disque profesionales caminando borrachos, recibiendo coimas, transgrediendo las reglas de transito, mal vestidos, etc. Esos individuos son todo, menos profesional.

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