Del cielo a la tierra o al revés
Por Miguel Donayre Pinedo
Hace unos días se celebró el partido entre Argentina y España en Buenos Aires. Era un partido amistoso. Pero para los argentinos no hay amistosos, menos este partido que era una tabla de salvación ¿o muerte? para su decaída autoestima que andaba por las alcantarillas (amén de los psicoanalistas consultados) y eso para un argentino pesa mucho. Se lo tomaron en serio. Se prepararon para este “duelo” como nunca, como si se jugaran la vida (deberían también hacerlo para otras situaciones de la vida). Más bien España lo tomó como un amistoso y perdió sin clemencia. La arrollaron. Pasaron sobre ellos como un rodillo ante los oportunistas Messi, Higuaín y Tévez. Fueron 15 minutos letales y chispazos de buen juego. Así es el fútbol. Pero no hay que confundir los deseos con la realidad, era simplemente un partido amistoso por más que a los argentinos les sabe a gloria el triunfo. Otra cosa es la competición. Espero que no nos pase igual a los peruanos en el fútbol con los débiles equipos que han jugado y sienten que están otra vez en la élite, en la galaxia. Eso esperamos si no viviremos el Síndrome argentino del fútbol de confundir los deseos de la magra realidad.