No una sino muchas muertes
Por Miguel Donayre Pinedo
El diario El Comercio informaba que en la provincia de Datem del río Marañón, en la región de Loreto, hay una cifra de asesinatos a shamanes que llama a reflexión. Son cerca de 14 muertes. Y la noticia ha llegado a las instancias oficiales para su investigación. En verdad que es un dato alarmante por la cantidad de víctimas, pero antes de iniciar cualquier investigación de oficio, sería bueno que los funcionarios y autoridades leyeran el Convenio 169 de la OIT, sobre estos casos de regulación local. Seguramente que hay mar de fondo y la intervención en este escenario debería ser la más adecuada, oportuna y pertinente sino pudiera ser como el paso de un elefante en una cristalería. Esas muertes no son fortuitas sino que tienen, seguramente, razones que escapan a priori cualquier entendimiento. Por eso también llama la atención que la nota periodística señalara que estos crímenes son dobles, por la muerte de curanderos y contra la sabiduría del conocimiento ancestral [también sucede igual ante la muerte de un científico, escritor, un abuelo o abuela; se pide no dramatizar y poner las cosas en su debida dimensión, toda muerte nos trae congoja]. Es un conflicto que encubre otros intereses y en esas situaciones hay que asegurarse de mucha cautela, no juicios y prejuicios fáciles.