Se ha visto que en estos días los llamados pseudoperiodistas nacionales comenzaron a decir, realmente, sandeces del accionar de un grupo de jóvenes universitarios que reclaman ser escuchados y que, a su vez, reclaman una mejor educación de mano con una infraestructura y plana docente de primera.

Tal caso tenemos al enigmático Phillip Butters que comenzó a decir que un buen accionar del actual presidente Vizcarra sería la carcelación de los estudiantes que suscitaron la toma de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, por una improvisación en su implementación y por la falta de docentes e infraestructura existente en dicha universidad, de lo contrario no debería ocupar el sillón presidencial. Más aún que cuestionara la capacidad de los estudiantes y del estudiante universitario entrevistado vía telefónica, y de un cierto grupo de personas en interpretar el Código Penal Peruano.

Caray, ¿acaso es necesario haber llevado cursos de derecho en la universidad para saber la implicancia de hacer lo correcto y lo no correcto, o en todo caso, es necesario ser abogados para su interpretación? No señores. El conocimiento de nuestros derechos ya viene impartidos desde la enseñanza en el colegio, inclusive, hoy en día hasta eso se aprende desde la familia. Cursos como educación cívica; persona, familia y relaciones humanas; inclusive hasta el curso de historia nos enseñan la importancia del derecho que por naturaleza nos son inherentes. Recordemos que somos personas humanas, y tanto el derecho nacional e internacional nos ampara ante la cotidianidad de los abusos que muchas veces parten de nuestras autoridades.

¿Acaso no tenemos derecho a luchar por nuestros intereses?  ¿Acaso no tenemos derecho de ser escuchados? ¿Acaso no podemos luchar por el bienestar de toda una comunidad universitaria?

Podemos decir que en el Perú existe una serie de libertades que permiten a un ciudadano poder manifestarse para la obtención de medidas que mejorarán su condición de vida. Dentro de ellos tenemos a la libertad de expresión y difusión del pensamiento a través de palabra oral o escrita sin previa autorización, sin censura y sin impedimento alguno, así como el derecho a protestar y el derecho a ser escuchado, este último no se ha dado entre los san marquinos y las autoridades responsables, y como consecuencia a ello es la manifestación de los estudiantes. Tanto las leyes internacionales como la nacional te dan esa facilidad para que las personas cumplan con su propósito. Si una no va bien, se tiene que buscar otra forma para ser escuchado y de paso, ejecutarse lo pactado.

Uno cree que porque es joven no puede decir ni un pepino y tiene que callarse ante las supuestas buenas decisiones que los adultos toman. Pues en eso están equivocados. La juventud ya no es como antes, ahora están bien informados y por ello luchan y exigen el respeto de sus derechos, que muchas veces son vulnerados. La juventud necesita empoderarse, y tiene que recordar que ellos son el presente que garantizará el futuro del mañana.