Muerto el alfil
– Omar Chehade representa un punta de lanza de Humala
Los medios y grupos de derecha han acertado en conjunto disparando intensamente sobre el supuesto conflicto de intereses que se habría cometido al intentar inmiscuirse el actual segundo vicepresidente Omar Chehade en solucionar el problema legal en la hacienda azucarera Andahuasi. Muchos podrían decir que está muerto este alfil que representaba lo más polémico de los nacionalistas al afilar sus ataques cuando se trataba de hablar de corrupción o de defender al que seguramente lo llevó por ser su abogado prominente en el caso madre Mía, es decir, el actual presidente.
Al igual que el alfil en el tablero cuadriculado del ajedrez se movía directa y amenazante cuando se dirigía a las gestiones del aprismo y el fujimorismo, la mayoría de las veces iba a la vena cargando el maletín honroso de haber sido parte de la procuraduría anticorrupción en el gobierno anterior de donde lo sacaron, (aunque hubo una renuncia oportuna) precisamente por mostrar independencia y honestidad. Hoy todo eso está por los suelos y lo peor arrastra y corona una serie de escándeteles como los sucedidos con la ministra de mujer y los niños muertos en Cajamarca.
¿Pesara el hecho que se trata de un extraordinario conocedor del caso Madre Mía para que permanezca en el gobierno a expensas de lo que esto puede representar como desgaste político? Seguro que sí, de hecho ya Chehade ha hecho cierto alarde de respaldo que Ollanta Humala ha intentando desmentir a medias indicando que él apoya, pero las investigaciones sobre el presunto looby para la empresa transnacional Wong y su interés de hacerse de esta azucarera que abastece más del 30% del mercado capitalino. Ósea, poca cosa no es.
Lo cierto es que a raíz de la intención de los medios y sectores de derecha de hacer caer en el mismo saco de la corrupción a este gobierno, los trabajadores – propietarios de la hacienda azucarera han encontrado el momento soñado que ni el gobierno anterior ni los procedimientos judiciales les han ofrecido para hacerse de una buena vez de la propiedad de estos terrenos que consideran suyo, y es tal vez también la oportunidad certera para que un gobierno que se dice del pueblo y de sectores que realmente quieren el cambio demuestre en los hechos que lo es, entregando la azucarera a sus trabajadores. Ante un problema (político) una oportunidad (política) también.
Aunque esta decisión pasa por terminar la administración judicial que está en curso actualmente, no cabe duda que una posición oficial al respecto podría hacer olvidar el caso Chehade y de paso convencer que en el Perú ese looby esclavo y hereditario por parte de la clase política desde nuestra fundación hacia los intereses de los grandes grupos, está terminando, o hace los esfuerzos de haber empezado ese camino hacia la honestidad para con los intereses de las mayorías, porque además está probada la ilegal intención del grupo Wong de apoderarse de estas acciones de la azucarera.
Así el alfil aún tendría vida, claro sin demasiado piso para la fiscalización de hoy en adelante y los sectores más zurdos y más organizados de los nacionalistas hasta quedarían mejor compuestos de cara a lo que queda el gobierno. Un alfil es importante pero no imprescindible, hasta un peón a veces cumple una labor más eficiente en la defensa del rey.
No entiendo por que la mayoria de medios menciona que Andahuasi tiene una administracion judicial a cargo de los trabajadores; esa afirmacion es inexacta, pues ese mandato inicio en junio 2010 y termino en febrero 2011; en tal sentido hoy continua una usurpacion dirigida por un grupo seudo sindical en la cual participa tambien Wilder Ruiz Loayza y Filadelfo Coca, quienes se hacen pasar por defensores de los trabajadores, sin embargo desconocen a 700 trabajadores antiguos queestan en los anexos de Andahuasi, solo por no aceptar su ilegal usurpacion, de igual forma estos sujetos fueron aliados de los Bustamante e intentaron entregar la empresa a estos señores bolsistas, cuando solo tenian el 28% del accionariado.
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