El estrés se interpreta primariamente como una respuesta, un estado especial del organismo caracterizado por el sobresfuerzo, lo que genera un cambio en los estados emocionales.
La reacción del cuerpo al estrés a corto plazo puede ser benéfica, ya que mantiene el balance interno o la autorregulación del cuerpo (homeostasis), además de fortalecer el Sistema Nervioso Simpático (SNS). Cuando el cuerpo deja de percibir una amenaza, la alarma se desactiva, el cuerpo se relaja, deja de generar hormonas, tu corazón vuelve a latir normalmente.
Cuando el cuerpo está permanentemente enfrentando situaciones estresantes, la alarma permanece activa y el organismo funciona todo el tiempo en estado de alerta. Finalmente el cuerpo termina acumulando energía y trabajando innecesariamente, y eso hace que las personas estén tensas, ansiosas o preocupadas.
La constante activación nerviosa y la sobreproducción hormonal desgastan y deteriora el cuerpo. Te presentamos algunas formas en las que el cuerpo refleja el estrés:
En la piel.- La tensión y al ansiedad, características básicas del estrés, incrementan la producción de cortisol. Lo cual activa la glándula sebáceas en la piel, derivando en la presencia de granos y erupciones.
- Caída de cabello.- Es normal que se pierda de 100 a 150 cabellos diarios de la cabeza. Sin embargo con estrés este número es exponencial.
- Bajan las defensas.- El sistema inmune carga con las consecuencias y se es más propenso a enfermedades más frecuentes y graves.
- Mala concentración.- El estrés genera alta dosis de adrenalina que podrían ayudar a la reducción de funciones básicas como recordar cosas que se estaban haciendo en el momento o lo que se iba a decir en una conversación.
- Uñasdébiles.- Por el estrés también se registra debilidad en las uñas, haciéndose más quebradizas y sin brillo.