Por Miguel Donayre Pinedo
He leído en este diario una interesante iniciativa municipal, han abierto una oficina pro empleo (el nombre puede dar lugar a discrepancias pero no sus objetivos) que ofrece “los servicios de intermediación laboral, orientación vocacional, información ocupacional y capacitación laboral”. Me quedé sorprendido de tan grata decisión más en un país como el nuestro que prácticamente ha desmantelado al Estado como consecuencia de las reformas estructurales que han beneficiado a unos pocos. Es una acción pública interesante, claro, siempre que no se politice sino los fines pueden pervertirse, pero en Estados modernos, esas oficinas son fundamentales. Se toma a través de ellas el pulso diario y real de la ciudadanía, dejamos la improvisación para ser serios. Se puede planificar políticas de empleo dignos, concertar con los diferentes actores sociales y económicos, arribar a objetivos comunes. Ojala camine, son pasos en la buena dirección.
Las oficinas Pro-Empleo ya existen hace varios años en el Perú, las primeras fueron credas a nivel nacional por el Ministerio de Trabajo, posteriormente se abrieron otras en municipalidades y algunas instituciones.
Creo que al señor Donayre le ha afectado el estar fuera del país durante mucho tiempo, considero correcta su apreciación y opinión, sin embargo sería conveniente que antes de opinar se entere un poco más del tema.
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