La empresa canadiense Vitality Air viene imponiéndose en la ciudad de Iquitos, gracias a la venta de un producto insospechado. Se trata de aire puro, aire venido de las montañas, embotellado convenientemente que vende a los ciudadanos de diferente condición. El aire es envasado y sellado para que resista el paso del tiempo y puede ser aspirado sin inconvenientes varias veces. El único problema es que el aire puede escaparse en su totalidad como por descuido y el cliente se queda con la botella vacía. Pero ello no importa y el que menos quiere tener su aire purificado a disposición sobre todo cuando transita por lugares donde campea la contaminación ambiental.

La empresa canadiense Vitality Air comenzó con su innovador negocio durante la crisis china de algunas ciudades. En ese entonces, mientras Pekin caía en una alerta roja debido al exceso de contaminación, decidió vender el aire embotellado. El aire lo sacaba de unas montañas cercanas y en los primeros tiempos logró vender sus primeras 500 botellas. Después de ofrecer sus productos en varios países de Europa decidió investigar a las ciudades para ver cuáles  y cuántas eran las más sucias y contaminadas. Después  de poco tiempo apareció la sonora palabra Iquitos como ejemplo de sentina de albergue de desperdicios, de focos de infección y otras lacras. La empresa mencionada preparó su estrategia de entrada denunciando desde lejos los peligros que corrían los habitantes ante tanto desperdicio.

La empresa canadiense Vitality Air arribó a Iquitos en las vísperas de la navidad del 2015, justo en el momento en que nadie recogía la basura. En medio de los desperdicios comenzó con su campaña de la venta de botellas de aire. Y de acuerdo a sus pronósticos dentro de poco, debido a la contaminación en aumento, todo el mundo necesitara de su botella con aire para poder sobrevivir en esas condiciones adversas.