Percy Vílchez Vela

En la última exposición internacional de pintura, realizada en París, fue notable la presencia de un pintor loretano de primer nivel. El mismo, que en algún momento de su inquieta vida jugó a ser candidato a una vulgar alcaldía, viajó desde su natal Belén para codearse con los mejores exponentes universales del arte pictórico. En la capital francesa fue recibido con bombos y platillos, concedió entrevistas diarias y causó revuelo por su personal manera de concebir la pintura. Se podría decir que su arte reivindica el plagio como motor y motivo de la obra creativa. En efecto, lo que sorprende de la obra de dicho artista plástico es que su pintura es realizada sobre la pintura de los otros. Es decir, sus cuadros son diseñados sobre los otros cuadros como una combinación personal y arbitraria, donde no deja de mostrarse la propia firma.

El pintor responde al nombre de Gerson Lecca, y en su biografía publicada resalta su inicio accidental en la pintura moderna. Cuenta que la fiebre pictórica le vino a raudales cuando decidió borrar las pintas de César Vidaurre para pintar las siglas de su nombre y su agrupación. La superficie lisa de las paredes, la elegancia del trazo, el olor de la pintura, le sedujeron tanto que decidió seguir en esa cruzada que muchos confundieron con una vulgar oposición a un rival político. La denuncia de Vidaurre no le amilanó, sino que le dio más fuerza para seguir pintando sobre las pintas ajenas. Después de que perdió las elecciones dejó todo para dedicarse a ser pintor de brocha gorda. Y durante años se entretuvo en pintar paredes, cuartos y locales, hasta que un bello día se le ocurrió pintar sobre los cuadros.

Desde un inicio, desde su primer cuadro, Gerson Lecca llamó la atención de la crítica especializada que vio en él a un pincel original que hacía trizas la vanidad del cuadro propio para apoderarse de los cuadros ajenos. No todo es color de rosa, sin embargo. Pues varios pintores locales le han denunciado por atreverse a pintar sobre lo que ellos han pintado. El caso está en los tribunales y se espera que los jueces sean benévolos con ese artista que comenzó borrando las pintas ajenas sin pensar que algún día arribaría a la cumbre de la carrera pictórica.