La agenda de los medios

Hay una suerte de dejar mal en una gran sector de la prensa a los gobiernos de izquierda que asumieron el control en algunas regiones, municipios, desde hace meses y que ahora también se observa que se hace lo mismo con el futuro gobierno central, a pesar que aún no ejerce nada.

Y el tema principal para estos medios o grupos es que si se tocará o no la libertad de expresión, pero ojo, desde la manera en que ellos lo entienden, es decir, desde sus propios intereses y desde su misma perspectiva que pasa desde el manejo actual y la imposición que tienen sobre los periodistas hasta lo que se llama la propiedad del espacio electromagnético.

En lo primero parece que no hay nada que hacer. La proliferación de escuelas de comunicación, la deformación y la primacía por la tecnificación en estas escuelas sobre las capacidades valorativas o científicas – sociales sumado a un debilitamiento y envilecimiento de los gremios periodísticos, han traído como consecuencia la pauperización de los periodistas desde lo económico hasta su condición laboral. No es extraño que un periodista sea catalogado como alguien extremadamente reemplazable un tanto por su condición laboral bajo una libertad de empresa que puede ser muchas cosas a la vez, y otro tanto por su incapacidad de generar recursos y posiciones nuevas ante las nuevas demandas de la información.

Pero si bien esto parece pasar desapercibido en un medio escrito en lo que se refieren a los grandes generadores de opinión como son la radio y la televisión, el tema pasa más por un manejo del espacio electromagnético, donde creo, se basará la discusión de los próximos años en cuanto a la reforma de los medios. Porque no hay duda que tiene que haber una reforma, tiene que haber, una que no implique intromisión, sin duda, pero esté a la altura de las exigencias de participación ciudadana que existe en cualquier país desarrollado.

De ahí que uno de los mejores recursos que tendrá el próximo gobierno de Humala Taso, será la modificación de las normas en este aspecto, antes que la cobranza de impuestos o el amdrentamiento a los medios como así ya lo acusan algunos, aún cuando el gobierno no asume ninguna autoridad. En la actualidad el espacio electromagnético, dentro de la legislación peruana está considerado como un bien común, es decir como lo son el suelo, el subsuelo, el mar territorial y el espacio aéreo. Pero existen diferencias en cuanto al manejo de este espacio en función a lo mencionado anteriormente.

Así existen, como lo han advertido muchos especialistas, una asignación de frecuencias basada más en intereses comerciales que sociales, no hay mayor regulación post licencia o de uso del recurso espectro, el descuido de usos no comerciales de este espacio, entre otros que se plantean como cambios a realizar por un próximo gobierno que obviamente quiera hacerlo de verdad. Durante el gobierno actual y su anterior ha pasado piola estas modificaciones más por el temor que les causa ser víctima de los dientes de cierta prensa y lo único que aluden es el respecto irrestricto a la libertad de expresión cuando en realidad o hay contubernio en ciertos sectores productivos o simplemente hay temor.

Es una gran oportunidad nuevamente la que tiene Ollanta Humala en este quinquenio. Ya se puede observar que muchos medios le están haciendo el pare con esto de “las advertencias” vía informes que hacen recordar de la iniciativa inicial en su plan de gobierno sobre estos cambios, hay otros que coquetean con el nuevo poder y por eso votan a periodistas que seguramente les resultaría incómodos, y otros que esperan aún cuáles son las primeras medidas que se anunciarán el 28 de julio para salir, seguramente, con el cuchillo a la yugular. ¿Se dejará?

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