ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
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¿Los que viven en la miseria, son miserables? ¿Los que provocan que los ciudadanos vivan en condiciones miserables, son miserables? ¿Los que muestran la miseria humana, son miserables? ¿Los que no se rebelan ante los miserables, son miserables? Estaba ensayando una serie de interrogantes para explicar la situación del país y la región y me he topado con varios hechos.
Pablo Zumaeta, cuñado de Julio César Arana, era alcalde de Maynas y el 18 de agosto de 1923 envío un radiograma a quien ya tenía un asiento en el Senado y a decir de su biógrafo argentino Ovidio Lagos “desde su banca en el Senado, Julio César Arana seguía pensando en Loreto. Más allá de la defensa de sus intereses en el Putumayo, conocía como pocos los problemas de Loreto, la situación miserable por la que atravesaba Iquitos”. ¿Qué le decía el Alcalde en ese radiograma?
“Por acuerdo de Consejo cumplo dirigirme a usted haciendo saber situación gravísima atraviesa Iquitos, abatido epidemias, desarrollado intensamente, con resultado de mortandad alarmante, agréguese cuadro lastimoso miseria, falta trabajo, consecuencia desvalorización productos, escasez y carestía en todo orden para subsistencia de la vida en general”.
Noventaises años después no ha cambiado la situación de miseria. Han pasado épocas doradas de caucho y petróleo y el actual alcalde de Maynas, Pancho Sanjurjo Dávila, podría firmar la misma carta. Con una dificultad. ¿A quién la dirige? No tenemos congresistas y el nexo para llegar al Presidente Martín Vizcarra ni siquiera se ha roto -pues si así fuera se pensaría en recomponerlo- sino que nunca existió.
Aquel agosto de 1923 -gobernaba Perú Augusto B. Leguía, quien como se sabe era amigo del senador Arana- estábamos mal en salud, educación, servicios y no se podía subsistir. Pablo Zumaeta, alcalde, pertenecía a la clase empresarial, venida a menos ya después del boom del caucho. Pero mantenía el poder político y tenía a su cuñado en el Parlamento. Ambos pedían con desesperación que el gobierno central atienda las necesidades de la provincia. El gobierno, atendía con obras faraónicas como el Colegio Nacional de Iquitos.
Una reseña periodística de la época publicada en el diario “La crónica” en enero de 1924 sobre la intervención de Arana en el Congreso pidiendo la demarcación territorial y la elaboración de un censo decía que “Con sólidos argumentos, libre de truculencias y retóricas baratas, el senador por Loreto ha hecho ver una vez más que el país necesita emprender” la demarcación y el censo. Una década atrás el mismo Arana estaba catalogado como el más fiero asesino de indígenas, después del escándalo del juicio en Londres. Pasada esa ola se instaló en Lima y ahí se convirtió en defensor no sólo del territorio sino de las poblaciones amazónicas, según los diarios.
Los Arana han tenido participación gravitante en la política regional. Su entorno familiar, también. Pablo Zumaeta, ya se dijo, era hermano de Eleonora que fue esposa de Julio César y ambos tuvieron un hijo llamado Luis Arana Zumaeta. El primer alcalde electo con el voto popular que tuvo la provincia de Maynas, tras ganar las elecciones de 1963 en la alianza Acción Popular-Democracia Cristiana. Este alcalde se suicidó en pleno ejercicio de su cargo. Así que de abandono, pobreza, miseria y muerte está llena la historia de Maynas a pesar que en el escudo se lee la frase “Tus hijos harán tu grandeza”. Una grandeza que se exigía no sólo a las autoridades locales sino nacionales allá en 1923 como hoy el 2019.