[Muestra fotográfica sobre el caucho].

250Durante los últimos días se anuncia en algunos medios una muestra fotográfica (en estos pagos este tipo de actividades culturales parecen ser una mentira, una quimera) que desde el inicio llama la atención y más aún por el lugar donde se llevará a cabo dicha muestra que le da un aire de esperanza cultural a una ciudad que se mueve por sus fiestas y francachelas, hasta el punto que estas fiestas y francachelas parecen formar parte del establishment cultural en la urbe iquiteña.

Entonces, resulta que los ambientes de La Gobernación (que según los responsables, tendrá más actividad) vienen siendo restaurados con la finalidad de recibir las fotografías de la Época del Caucho (periodo tristísimo en verdad) y fotos de actualidad de la Amazonía peruana realizadas por César Vega. La muestra se inaugura en enero del 2014.

En 1912 una comisión de diplomáticos encabezados por el peruano Carlos Rey de Castro, cónsul de Perú en Manaos por aquella época, junto a los cónsules inglés y norteamericano George Michell y Stuart Fuller, y el mismísimo Julio C. Arana enrumbaron a los establecimientos caucheros, en el Putumayo y sus afluentes, de este último con la finalidad de esclarecer las denuncias de maltratos y crímenes contra los indígenas de esos territorios que aparecieron en el Perú y Europa. Pero lo que vino después fue una puesta en escena a cargo de Rey de Castro para mostrar al mundo una visión idílica de convivencia entre caucheros e indios, el tinglado tuvo como personaje importante a Silvino Santos, fotógrafo portugués, a quien Arana costeó su perfeccionamiento en los talleres de los hermanos Lumière (considerados los padres de la cinematografía). Entonces, los indígenas posaban para el lente de Silvino como quien revela al mundo el lugar del edén perdido, algunas veces solos, en otras aparecen acompañados de los mismos diplomáticos, en otras tomas aparecen utilizando tecnología occidental; estas fotos, que luego fueron utilizados por Arana para defenderse de los ataques, nos dan una idea a medias de lo que pasó en ese tiempo, pero de todos modos nos muestran situaciones que quizá ya no veremos en nuestras vidas, pues la mortal cacería de indígenas hizo que toda esta riqueza disminuya exponencialmente, y lo más triste es que hasta ahora el Estado no ha hecho nada o poco por resarcir sus errores del pasado (a propósito de las fotos de Silvino Santos, muy pronto se estará presentando el Álbum de Fotografías, que recoge las imágenes del viaje de la comisión, coeditado por Tierra Nueva; el álbum original también se expondrá en la muestra de enero –quizá solo existan tres en el mundo– razón suficiente para ir).

En una mirada más actual, con tintes mágicos, las fotos de César Vega nos muestran unos paisajes y retratos que nos vuelven a la memoria que tenemos un gran potencial por mostrar, pues la Amazonía y su gente, su riqueza en flora y fauna, sus espacios inconexos están ahí, esperando que se los disfrute, pero también que se los cuide, de lo contrario toda esta riqueza se volverá una quimera más, como siempre.

Entonces,  estamos avisados y estamos invitados.

Por: José Rodríguez Siguas