La vida política española huele mal. Hay que taparse la nariz por la putrefacción reinante por muchos lugares. Después de un proceso de transición lleno de olvidos y de cerrazón en falso trataron de exportar este modelo a América Latina, felizmente que le hicieron poco caso. Siempre miraba y escuchaba estupefacto a politólogos españoles dar recetas de democracia en Latinoamérica. Bueno, en tiempos de bonanza económica se sentían los reyes y reinas del mambo y se ufanaban en dar consejos que ellos mismos no lo cumplían, donde dije digo, digo Diego. Pero la crisis económica actual que azota esta parte de la península ibérica es también una crisis de valores, de ejemplaridad pública, de ética, de solidaridad, de empatía por los demás que sufren. ¿Cómo es posible que todavía gobierne un país cuando el presidente de gobierno pertenece a un partido que su lucró con la corrupción y él el principal responsable? Aquí es posible y nada sucede, la ciudadanía lo permite, es más, posiblemente lo ratifiquen en las urnas y estos pillos ¿pueden darnos clase de democracia? Hay que tener una concha más grande que la iglesia de Punchana. Todos y todas se insultan de corruptos y ellos y ellas están con el fango hasta el cuello. Nadie mira lo que ocurre en su propia casa o se hacen lo que no ven (insisto, es el legado cultural autoritario franquista, de mirar y no decir nada o ignorar). Para entender este país hay que ser surrealista o tener una buena dosis de esta. No es gratis que haya aflorado mentes como Dalí, Buñuel, Picasso. Para adecentar esta realidad hay que deformarla es la única manera de soportar a cada golfo que sale a la escena política. Lo más patético que se ha visto estos últimos días es que en la Comunidades de Aragón y Rioja hubo unas severas inundaciones que trajeron graves consecuencias a los ganaderos y agricultores, desgraciadamente, la mayoría de la clase política los ignoró, salvo uno de un partido de la oposición que reprochó públicamente porque no los visitaba el presidente. Apremiado por esta alabarda el presidente de gobierno con total falta de empatía y no saber estar se presentó al lugar del desastre de traje y corbata ¿? Era una imagen que decía mucho de la clase política de este país, viven alejados de la realidad. Hay que ponerse unas gafas oscuras y volver a ser surrealista para no enloquecer.

https://notasdenavegacion.wordpress.com/