No sé si se percataron que últimamente en pleno siglo XXI la proliferación de derechos por cualquier cosa esta moda. Los árboles tienen derecho, los animales tienen derecho, hasta los objetos tienen un determinado derecho, mayormente valuados en dinero. Es más, también está de moda la formación de asociaciones y organizaciones destinadas a la protección de estos supuestos sujetos por el  hecho de tener vida y/o que dan valor a la vida.

No quiero tampoco criticar el accionar que toman estas personas que luchan para que toda cosa tenga derecho, pero solo quiero recalcar que lo ÚNICO en esta vida que está sujeta a derechos, no solamente en el ámbito nacional, sino en lo internacional, y que es reconocido en diferentes cartas magnas a nivel global es la PERSONA HUMANA por el hecho de ser conscientes y razonables ante situaciones del día a día, y por otras razones más que ya tocaré en otro artículo, más no en esto.

Tampoco quiero dar a entender al lector que no se valora lo que estas asociaciones y organizaciones vienen realizando en pro de la ciudadanía, es más, hasta a veces pienso que estos realizan laborales que muchas veces corresponden realizarlas a las municipalidades y hasta al gobierno regional; pero soy de esos que piensa que si realizan una labor que lo hagan bien. Que no solamente se enfoquen en ese sentimentalismo que provocan en uno un sentir de protección.

Pero, al punto al cual quería llegar era sobre si no soy el único que se dio cuenta que últimamente en Iquitos hay una abundancia de perros callejeros, sí señores, de esos “animalitos” que provocan a unas cuantas personas cariño y ternura, ojo solo en algunos. La cuestión va en la labor que estos grupos animalísticos vienen realizando. Si proponen una campaña para el cuidado y todo ese rollo que siempre sale por redes sociales, por tv y hasta por emisora radial que lo hagan bien. Uno por no querer atropellar o hacer algo a ese bendito animalito callejero muchas veces se provoca una autolesión, como fracturas producto de accidentes que estos “pobres e indefensos animalitos” provocan; hasta pueden causar la muerte.

Si tanto dicen que esos “animalitos” tienen derecho, pues señores animalistas propongan buenas políticas y hagan algo al respeto, de lo contrario que la PROPIA MUNICIPALIDAD DE MAYNAS se haga cargo de ellos, porque con la vida de uno no se juega, hoy puedo ser yo y mañana algunos de ustedes. Con la vida de una PERSONA HUMANA NO SE JUEGA.

Realmente, de corazón, espero que la autoridad encargada de ver este tema de seguridad de la PERSONA HUMANA se haga cargo del asunto.