Josefa Alegría Ríos Gil

Existen muchos factores que entran en juego, para que la gestión educativa de una institución educativa pueda desarrollarse de manera favorable, sin embargo el papel del director (a), en tiempos de emergencia educativa o en tiempos normales, desde nuestro punto de vista es fundamental; la preparación académica, las habilidades personales y sociales, agregado el momento histórico de la comunidad en la cual se desenvuelve la institución educativa y otros aspectos coyunturales que van saliendo en la dinámica de la vida organizacional del plantel, influyen en este  proceso

En el presente escrito se hace un análisis resumido sobre algunas consideraciones fundamentales que consideramos son necesarias para liderar con éxito una organización escolar. Nuestra principal propuesta es que la dirección de una Institución Educativa requiere de líderes pedagógicos que promuevan la transformación personal e institucional, el trabajo en equipo, como un pilar fundamental para una gestión eficiente y  eficaz;   la habilidad de resolver conflictos y la disposición para aprender de manera permanente las habilidades que se requieren en el siglo XXI.

En primer lugar, es conocido y reconocido por todos y todas que vivimos en un mundo cada vez más cambiante, más inestable, más incierto. La ciencia  y la tecnología están avanzando tan vertiginosamente que cada día va surgiendo una nueva función o aplicación en las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), que nos exige de manera constante la actualización en estas habilidades tecnológicas.

Adaptarse al entorno y responder a sus demandas es una de los objetivos obligatorios para que las organizaciones actúen de manera satisfactoria. En ese sentido, el proceso de transformación personal de los miembros de una  comunidad educativa, que también podríamos llamarlo cambio o innovación,  es una imperiosa necesidad, pues en este proceso la organización en su conjunto también pasa por un periodo de aprendizaje y crecimiento, lo que conlleva a un cambio intencional, reflexionado, planificado, teniendo como norte las demandas y necesidades educativas de los y las estudiantes.

En ese sentido, toda transformación institucional, es decir, cambio o innovación, tiene que ser promovido y desarrollado por el colectivo de docentes, liderado por el director de la institución educativa; debe ser cuidadosamente concebida y planificada; también debe partir de una iniciativa consciente y voluntaria, donde sea posible la creatividad y la inventiva, considerando que todo proceso de transformación requiere de un aprendizaje de todos los miembros de la institución.

De igual manera, la promoción del trabajo en equipo es una de las condiciones fundamentales para que el directivo de una institución educativa ejerza su gestión con eficiencia y eficacia.

Por ese motivo, se necesita que el/la director (a) de la institución educativa, promueva la formulación de estrategias, su sostenimiento y su implementación,  para lo cual todos los integrantes del equipo, deben poner su mayor esfuerzo, sus capacidades, habilidades y sobre todo su voluntad para alcanzar los objetivos institucionales en el marco de los principios y valores que sostienen al plantel.

Los mejores equipos invierten una considerable cantidad de tiempo  y esfuerzo en la exploración e identificación del propósito común que los motiva, tanto colectiva como de manera personal; asimismo, es importante señalar que los compromisos son de naturaleza interna, es decir, se trata de identificar de qué manera funcionarán todos los miembros del equipo, identificando a la persona más idónea para cada tarea y la forma cómo estas tareas se unirán entre sí para alcanzar el propósito institucional.

Bajo lo señalado líneas arriba, el director es el responsable y el líder natural para promover el trabajo en equipo de todos los estamentos que conforman la institución educativa, plana jerárquica, docentes, administrativos, auxiliares, trabajadores de servicio, padres y madres de familia, estudiantes y miembros de la comunidad con la finalidad de conseguir la calidad y excelencia educativa, propósito fundamental de todo servicio educativo.

De otro lado, todas las personas de manera diaria y a veces sin darnos cuenta, utilizamos diversas estrategias para resolver conflictos; y es que resolver un problema es una habilidad vital para ir obteniendo resultados en cualquier aspecto de nuestras vidas. Por ese motivo, algunos estudiosos de las relaciones humanas, consideran que aprender a resolver problemas o conflictos, es una habilidad fundamental para vivir en comunidad.

Solucionar problemas implica mucho más que buscar soluciones fáciles y rápidas, significa que existe la necesidad de analizar el escenario, proyectar varias vías posibles para solucionarlas, para finalmente encontrar la ruta que facilite la solución a la situación.

Trasladando estas valiosas habilidades humanas a la dinámica de interacción de las instituciones educativas, podemos afirmar, que debe ser una destreza que deben dominar todos los docentes, en especial los directivos, por la responsabilidad que tienen en fomentar una cultura de paz y de buenas relaciones entre los miembros de la escuela.

Hay que considerar que los conflictos son parte de la dinámica de una institución educativa, son sucesos inevitables y naturales dentro de la convivencia, por ser esta una organización en la cual interactúan personas con características e intereses diversos. Por ese motivo, el director del plantel debe poseer los conocimientos, habilidades y actitudes para actuar de manera adecuada, tratando de que las diferencias surgidas se transformen en oportunidades.

Finalmente, considerando que en estos tiempos la ciencia y la tecnología están avanzando vertiginosamente, existe la necesidad de que los docentes y los directivos de las instituciones educativas desarrollen habilidades cada vez más exigentes, pues los estudiantes de todos los niveles educativos al utilizar las herramientas tecnológicas de manera más hábil que sus docentes, están en algunos temas mucho más informados que sus propios docentes.

Esta nueva situación exige de manera particular que los docentes y los directivos de las instituciones educativas adquieran destrezas más allá del manejo instrumental de las TIC, es decir, requieren cambiar sus ideas y sus prácticas respecto a las nuevas tecnologías, con la proyección de que esta se transforme en un recurso didáctico eficaz para el aprendizaje de los y las estudiantes.

En ese sentido, los/las directores (as) deben ser capaces de desempeñar un papel de liderazgo en la formación permanente de sus colegas, orientados a la innovación y el continuo aprendizaje, enriquecidos con la utilización de las TIC.

A manera de conclusión

El papel y la responsabilidad que tiene el director de una institución educativa es innegable, por ese motivo, la dirección de una Institución Educativa requiere de líderes que promuevan la transformación personal e institucional, que susciten de manera constante las mejoras de las prácticas pedagógicas tradicionales en el aula, así como la gestión general, es decir debe actuar, como un decidido motivador para proponer e implementar rutas y acciones para que la escuela se transforme en un espacio de verdadero propulsor del desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes.