ESCRIBE: Tato Barcia

Migrar es desplazarse de un lugar a otro, para algunos seres vivos migrar es parte de su ciclo natural de vida; ya sea para reproducirse o buscar mejores fuentes de alimento. Las aves son las que generalmente recorren grandes distancias, pero también lo hacen mamíferos y peces. Estos últimos protagonizan verdaderas odiseas en el mundo animal, pues deben nadar duro contra la corriente y hasta en pendientes con la finalidad de completar su ciclo vital. El caso más conocido en nuestra Amazonía es el de la gamitana. Si los peces supieran hablar, ya podrían charlar sobre el tiempo atmosférico y otras banalidades en sus largos viajes río arriba para desovar, un trabajo arduo que se convierte en imposible, si el caudal de por medio es fuerte. Tan cierto es que nadar contra la corriente es una faena difícil, como también lo es, el hecho de que muchos de los que deciden emprender esta titánica tarea, sucumben en el intento. Es sin lugar a dudas una pelea desigual, donde algunos intentarán nadar infatigablemente hasta agotar todas sus fuerzas y probablemente logren su objetivo, mientras que otros se ahogarán, o en el mejor de los casos, se dejarán arrastrar sin oponer ninguna resistencia y terminarán por doblegar su voluntad a que la corriente los lleve a donde ella quiera.

Aquello es una analogía para nosotros, precisamente en el mundo que ocupamos hoy en día, algunas veces nos acomodamos plácidamente para viajar hacia donde la corriente nos lleve, sin siquiera cuestionar el propósito de ese viaje. De repente, casi sin darnos cuenta, nos encontramos embebidos en el caudaloso rio de un fenómeno social, en el que aprendemos a convivir con la mentira, la violencia, la corrupción, la falta de valores, la ausencia de principios, el irrespeto, el desamor, la guerra, la drogadicción, el abuso de autoridad, y en general, aceptamos tácitamente toda forma de comportamiento en contra de la moral. Aunque muchos reconocen tal degradación y no la comparten, poco o nada hacen por manifestar su desacuerdo y prefieren guardar silencio y actuar como si estuviesen sordos, mudos y ciegos, convencidos que por asumir dicha actitud, tienen el chaleco salvavidas puesto para mantenerse a flote y no ahogarse en esas aguas contaminadas, turbias y podridas. Pero están confundidos, les aseguro que la desembocadura final de dicho rio solo conduce a la desgracia humana, traducida en una muerte espiritual.

Dicho esto quiero comentarles que la semana pasada en mi condición de vecino de esta ciudad efectué una denuncia pública, de una serie de irregularidades en contra de la “Licitación Pública No 001-2019-GSGOI-OBRA-MPM”, correspondiente a la obra “Mejoramiento de la calle Rómulo Espinar (entre el jirón Putumayo y el jirón Pebas) y calle Mi Perú (entre el jirón Pebas y jirón Yavari); Distrito de Iquitos, que viene ejecutando la Municipalidad Provincial de Maynas, por ello fui entrevistado en un programa de la televisión local y también escribí un artículo que fue publicado en este mismo diario. Increíblemente, al día siguiente la citada Institución edil rescindió los servicios de “Imagen Institucional” con ambos comunicadores sociales. Desde aquí mis respetos y reconocimiento por abstenerse de trabajar en contra de su conciencia o convicción, hacia los periodistas Carolina Aredondo Villar y Jaime Vásquez Valcárcel. Que, al margen de su reconocida calidad profesional, demostraron principios morales, rectitud, honestidad, sinceridad y el deseo de hacer lo correcto; en un claro ejemplo de cómo se debe profesar y vivir en un marco de valores en el ejercicio del periodismo.

En la entrevista y el artículo, pongo en manifiesto a esta obra de construcción en particular llena de irregularidades, comenzando con que juntaron dos calles que no están conectadas entre sí, en un solo proyecto de obra y que para el colmo terminó adjudicándose muy por encima del Presupuesto Base, al límite de lo que el reglamento permite (109.9999%). No cabe duda que nos encontramos frente a un expediente técnico mal elaborado con código SNIP Nro 298027, donde resulta que el ingeniero responsable de la elaboración del proyecto, el Sr. Gilmer Ivan Ulloa Bocanegra (10181405835), resultó ser el mismo profesional proyectista quien actúa a la vez como residente de obra; es decir este señor se convierte en Juez y parte de la obra, situación que está prohibida taxativamente por el artículo 11.E de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del estado (Ley Nro. 30225) y el artículo 185 de su reglamento. Así como en reiteradas jurisprudencias de observancia obligatoria emitida por la OCSE al respecto. Para colmo mediante Resolución Gerencial No 059-GOI-MPM, se aprueba el pago de mayores metrados (adicionales), que fue asentado en el cuaderno de obra en el asiento No 61 de fecha 25 de setiembre del 2019; a poco más de un mes de iniciados los trabajos. Con lo que la citada obra llegó a costar un poco más de dos millones de soles. Todo ello al margen que durante la pavimentación y refacción de veredas entre otras actividades, el contratista hizo lo que le vino en gana; y como resultado tenemos un “mamaracho” de obra que no durará mucho, por las razones ampliamente expuestas en mi artículo anterior.

Una buena gestión municipal debería responder a las urgentes demandas de los Iquiteños. Por un lado, avanzar de forma significativa en aquello que las gestiones previas no habían asumido: resolver el calamitoso estado actual de las principales calles de la ciudad (llena de huecos), y reducir la delincuencia. Ante estos pendientes, la nueva alcaldía ofreció realizar un gobierno honesto que pueda transformar positivamente la vida de la gente. Una gestión integral y humana para una urbe con un inmenso déficit de infraestructura. Esto es, ofreció recuperar la fe en la política pública. Lamentablemente, la actual gestión de la municipalidad provincial no pudo enfrentar en su primer año de forma satisfactoria ninguno de sus retos. Pero lo más grave para la democracia loretana es que se ha deteriorado todavía más nuestra pragmática cultura política, reforzándose la perversa idea de que es mejor «corrupto que hace obras». Por eso, no termino de comprender como es que esta institución edil se da el lujo de dilapidar cientos de miles de soles de una manera tan absurda, cuando mantiene problemas con el pago hacia sus trabajadores, proveedores, aportaciones laborales, entre otros. Sobre todo porque no debemos olvidar que son obras públicas, no privadas! no son dineros del Alcalde, es nuestra plata y tenemos derecho de exigir amplia información de las obras que se ejecutan; y ellos deberían aprender a acatar con transparencia.

La corrupción no es propia de un país, región, sociedad, segmento poblacional, cultura, profesión, régimen, partido u organización estatal. Tampoco es exclusiva del gobierno, ni se encuentra extendida en toda la población. La corrupción no se restringe a un sólo tipo de prácticas, pues involucra una serie de formas, mecanismos y organizaciones en la que intervienen elementos muy variados. Sin embargo, sí es cierto que a un buen porcentaje de loretanos le es inherente la corrupción, ya sea por su cultura o por su moral, y poco se podría hacer para combatirla. Porque la corrupción afecta la percepción de aspectos y valores básicos de la población, peor aún, pone en entredicho la credibilidad de las instituciones fundamentales de nuestra sociedad, así como de nuestra capacidad de acceder al desarrollo. Asimismo, la corrupción ahoga a nuestra economía local pues distorsiona la toma de decisiones y afecta directamente las obras, como el caso descrito en este artículo, incrementando la inversión de la MPM que no se refleja en una mayor o mejor infraestructura por el desvío de recursos y termina construyendo pistas más costosas y/o de menor calidad.

Siempre voy a utilizar la misma premisa, la corrupción es el plato de bandera de los políticos loretanos, para ellos es delicioso hacer de las suyas; lo aprendieron de los brashicos (término que se usa en Iquitos para identificar a los brasileños), lo degustan, les agrada, sumamente fácil de cocinar…perdón de coimear en cualquier nivel de inversión, el tema pasa por que la nutriente principal de la corrupción  son y serán los políticos. A pocas personas les gusta dispararse al pie y esos políticos felizmente son pocos; nosotros los indignados, molestos, escandalizados, somos mayoría, lo escribí en varias oportunidades. Pero por una extraña razón, siempre terminamos eligiendo mal a nuestras autoridades. Y es qué tal parece que aquí prevalece la frase “Roba pero hace Obras”; convivimos con este slogan. Pero como la memoria aun no me falla yo voy a ir más  hacia el pasado, recuerdan que nos endilgaron tremendo “sapo”, con lo del Proyecto Alcantarillado Integral y aquí no pasó nada?. Es más que notorio, que nuestros Organismos de Control no funcionan y voltean la mirada hacia otro lado, será que los reglamentos de funcionamiento de intervención fiscalizadora lo impiden, alguien debería esclarecer esta inercia que perjudica al estado de ejercer su defensa.

El concepto de Imagen Institucional en una municipalidad es el de planificar, organizar, dirigir y supervisar las actividades y actos protocolares de la institución y la difusión de las obras y acciones de desarrollo local, que ejecuta la entidad edil en beneficio de la población, pero la verdad de la milanesa es que en Loreto la mayoría de medios de comunicación privados VIVE casi exclusivamente del subsidio de la publicidad, bajo el concepto de “Imagen Institucional” de los gobiernos locales (Municipalidades) y el GOREL. Esto puede ser visto como una especie de injusticia para los demás negocios privados a los que estas instituciones públicas NO subsidia. Dentro de este panorama tan subjetivo deberían ser las Oficinas de Control interno las que deben cumplir con verificar si los respectivos medios de comunicación están cumpliendo con realizar esta función, ya que no todos los periodistas cumplen con hacer un trabajo de imagen institucional o lo confunden con alabar a la autoridad, o lo que es aun peor, atacan a los que no son afines a aquella con la que tienen contrato. Se suele afirmar que los medios de comunicación constituyen un cuarto poder, que gozan de una gran capacidad de fiscalización de la gestión de cualquier autoridad; esto sucederá siempre y cuando, estén en las manos adecuadas, porque la manipulación por parte de los políticos a la prensa es una influencia indirecta, sutil, que pretende transformar a los ciudadanos sin atacar directamente su voluntad o su libertad. La manipulación es una influencia que actúa por ocultamiento.

A estas alturas de mi vida (58 años) yo no me dejo manipular y es habitual en mi hacer valer mis derechos como ciudadano, no me tiembla la voz y tampoco la pluma; quizá sea parte de mi naturaleza rebelde. En un artículo anterior publicado el 15/11 (Mis Padres y su Mejor Tormenta), les conté la particular historia del día en que nací. Vine al mundo de manera prematura en pleno río Amazonas, y con tormenta eléctrica incluida. Será tal vez por eso que me siento a veces como una “gamitana”, nací en un río de aguas dulces y abundante caudal y por la inercia de la corriente me fui acercando hasta consolidar mi vida en esta hermosa ciudad de Iquitos, mi cuerpo y mi mente se fueron adaptando a sus costumbres, a esto se le suele llamar crecer, madurar, desarrollarse como persona y unos cuantos más adjetivos que no termino de creerme del todo, quizás porque nunca terminamos de estar preparados para enfrentarnos a todas las tormentas que nos tiene acostumbrados la Amazonía, o quizás porque la vida, en sus distintas etapas es demasiado corta y cuando aún no has terminado de emocionarte con el primer amor, con el primer beso, con el primer logro profesional o personal, la vida ya te ha dado cincuenta palos en la frente que de manera precipitada te sacan de la ilusión de la juventud para meterte de lleno en la dureza de lo que llamamos madurez. ¡Son tan cortas las etapas de la vida que no da tiempo a casi nada!

Llevo ya tiempo en este rio, ya han pasado muchos años desde que mi cuerpo comenzó a asimilar el agua turbia de esta vida, a veces amarga, otras muy dura y en ocasiones sorprendentemente bella y continúo descubriendo nuevos paisajes, nuevas estrellas que siguen ofreciéndome nuevos sentidos y horizontes a mi vida.

Creo que algo de “gamitana” tengo, no sé si estoy ahumado, un poco huañu huañu o todavía queda algo de frescura en mí, al menos lo intento, y sí! creo que aún queda mucho de aquel pez inexperto, inocente y con ilusiones que se echó al río sin saber con qué se iba a encontrar, y continúo nadando, inclusive contra aquellas corrientes difíciles de sobrellevar, siempre buscando  mi propio camino, con mis convicciones y defendiendo mis ideas, en ocasiones veo las estrellas y consiguen que vuelva a soñar con una región próspera. Este “gamitano” que les escribe no tiene claro de cómo volver al río del que partió, pero aquel pasado que me forjó ya casi no existe y, la verdad, no me hago ninguna idea de dónde irán a parar mis espinas pero mientras mis branquias aguanten seguiré con toda la ilusión y fuerza del que soy capaz para nadar contra corriente en este rio plagado de políticos ineptos. Al fin y al cabo la vida es aquello que sucede, aunque no nos guste. Tal parece que a Iquitos, con cada autoridad le tocó una maldición digna del faraón Tutankamón. En fin, seguiré nadando contra la corriente pues así lo deseo. Lo lamento por los que quieren pensar como esclavos, pero yo soy un “gamitano” libre. Mejor morir luchando intentando soltarme del anzuelo, aunque ello signifique ensanchar a herida. Que morir atrapado sin luchar.