Por Miguel Donayre Pinedo
El título de esta crónica se remite a la autografía de Edward Said, valioso intelectual palestino- estadounidense que contribuyó a las ciencias sociales sobre su estudio sobre “Orientalismo”, donde desacraliza por sesgados a los orientalistas del norte e invoca también una aproximación desde el Sur, y asimismo impulsó los estudios culturales en los Estados Unidos. Said era un ferviente crítico del proceso de paz de Oriente medio y de la paz en el mundo, un ciudadano del mundo en el sentido de Marco Aurelio o Séneca. Por ello recibió dardos emponzoñados de ambos lados de la orilla. Las críticas mediocres venían de quienes le señalaban de que el no vivía en Palestina sino en los confortables ambientes de las universidades norteamericanas, argumento falaz de quienes invocan la malsana cercanía, si quienes están cerca de los problemas fueran más lúcidos ante ellos, la realidad lamentablemente demuestra lo contrario. Tremenda estupidez de enanos mentales. Los mismos argumentos repiten quienes tratan de denostar a Mario Vargas Llosa por sus críticas sobre política peruana. Es una opinión más, no es la verdad absoluta, hay que tomarla como tal. Por eso en sociedades abiertas y plurales la crítica y las apostillas son válidas pero sin recurrir al argumento peregrino del lugar de residencia. Con mentalidades obtusas y cerriles Aristóteles, Kant o Spinoza descansarían en el sueño de los justos. Somos ciudadanos y ciudadanas del mundo ese es el norte.
Bueno … Said es Said … Vargas Llosa es Vargas Llosa … Y tú no lo eres .. Pisa tierra
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