Los políticos siempre deben estar dispuestos a la interpelación, a dar la cara frente a los errores o a los cuestionamientos políticos que vienen desde diferentes ángulos, pero que en el Congreso de la República se potencian por efecto natural de la rivalidad y el debate. Es natural que, a un hecho cuestionable o incluso dudoso en un Ministerio o en algún sector del país, los Ministros y ciertos funcionarios con rango en la administración pública sepan afrontar con equilibrio técnico y político y hasta didáctico cualquier cuestionamiento.
Para este procedimiento es evidente que no sólo debe estar preparado en el manejo político y pronosticar y evitar el porqué de los cuestionamientos y pullas sino debe tener el suficiente respaldo del presidente y mejor aún de ciertos sectores nacionales que podrían legitimar su posición frente al cargamontón. Eso no ha sucedido en pleno en el caso de la ministra de educación por el caso de la supuesta “ideología de género” pero contrariamente si ha sucedido con el ministro del interior en el caso de la detención fallida del ex presidente Alan García.
A pesar que la actual ministra ha llegado al cargo con conocimiento del sector pues ha sido funcionaria en diversos niveles y en diferentes estamentos educativos, parece no tener el pulso para poder contrarrestar lo que desde hace tiempo ya se ha instalado en el país a través de estas campañas de manipulación de los contenidos del currículo para generar miedo en padres de familia y se crea en algo tan absurdo como que el currículo homosexualiza a los alumnos. Flor Pablo Medina por esta debilidad debería dar un paso al costado.
Caso contrario ha sucedido con el ministro del interior Carlos Morán que, inmediatamente del show que armó la comisión que preside Jorge Del Castillo que citó a los efectivos de la DIVIAC de la PNP para dar sus descargos sobre la intervención al ex presidente suicida Alan García, ofreció su total respaldo a los efectivos siendo secundado por el Presidente Martín Vizcarra como corresponde pues era evidente que se intentaba aún culpar de un hecho trágico, pero planificado con anticipación, del líder aprista. Si sus amigos y correligionarios no pudieron evitar la muerte de García Pérez, ¿por qué tendrían qué hacerlo los efectivos policiales? Es absurdo.
A pesar que otros ministerios están en conflicto por diversas circunstancias por lo que sucede en sus sectores y parece que no ameritan estar en la agenda de la oposición política. La de Agricultura soporta un paro nacional, el de Transportes y Comunicaciones sigue cuestionado sin culpa por el retraso en la inversión en la reconstrucción, la de Salud con diversas exigencias con paros en regiones, el mismo Premier con la falta de manejo en el caso Las Bambas, los dos ministerios en la picota, al menos para los fujimoristas y apristas, no por buenos deseos como todo hace prever, son los de Educación y del Interior. Sin embargo la más débil es claramente Flor Pablo, pues sospecho que no podrá capear la andanada que se le avecina, sin contar con un sector en evaluación de un paro nacional. Ósea poca vida para pequeña ministra que carece de recursos políticos.
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