Percy Vílchez Vela

En estos tiempos de infortunio destaca en la ciudad de Iquitos la presencia de los cuyes adivinadores. Resulta que en varios puntos de la ciudad, hasta en los arrabales remotos, destaca la presencia de hombres y mujeres que comandan el destino de cuyes que realizan labores de adivinación y de suerte. En sus carpas públicas, en sus puestos al aire libre, se distribuyen desde tempranas horas de la mañana para ofrecer sus servicios a la población que quiere conocer su destino. Es así como esos animales, encebados convenientemente, disfrazados de magos con cuatro patas, realizan labores de adivinación de acuerdo a las inquietudes de la gente que ahora tiene una fe ciega en esos animales que de pronto invadieron la urbe amazónica.

Era entonces el tiempo de la gestión de don Francisco Sanjurjo que en su mandato se dio a la tarea de regalar animales al mejor postor. En jornadas públicas, en ceremonias concurridas, entregó pollitos, gallos, gallinas y otros animales para iniciar la criandería en la ciudad que gobernaba. Fue así como en poco tiempo los iquiteños se vieron invadidos por plumíferas que de una u otra manera contribuían a mejorar los ingresos de las familias. Muy pronto las jornadas de crianza de esas aves colmaron las expectativas de los diferentes chifas y la ciudad se hizo conocer como la urbe avícola. Ante tanto éxito el alcalde de Maynas decidió regalar otros animales para seguir mejorando el nivel de vida de los pobladores. Fue así como aparecieron en el horizonte los famosos cuyes como una manera de incrementar la gastronomía local.

Pero por alguna razón esos cuyes no fueron criados para mejorar la dieta alimenticia sino que desde el principio fueron utilizados para tareas de adivinación. Desde ese momento la urbe se llenó de carpas y casetas con esos animales amaestrados que vinieron a satisfacer la exagerada demanda por conocer el porvenir. En el presente,  Iquitos es un lugar tomado por los cuyes que están por todas partes. Ante esa situación el alcalde en referencia ha decidido que no regalará más animales durante su gestión.