Cuantas más noticias sabemos sobre la corrupción de los partidos políticos en España nos quedamos patidifusos. Entre otras cosas significa que los mecanismos de control, los que existen, han llamado clamorosamente. Cada día hay una nueva noticia de corrupción que alcanza hasta la financiación ilegal de los partidos con “dinero negro” – es muy extraño que el sastrecillo valiente, nuestro Nobel de Literatura, esconda este gran problema social en España en sus columnas, se puede convertir en un espectador cómplice. La corrupción embarra la vida democrática de un país. Durante muchos años, Roberto Saviano, un periodista italiano que denunció al crimen organizado en su país y desde entonces el pata vive bajo grandes medidas de seguridad, decía en una entrevista hace años que las mafias estaban pisando tierras españolas para “blanquear”, dinero. Parece que pocos le hicieron caso, los cerebros económicos de estas mafias sabían el escaso control de las instituciones en esta parte de la península, la policía no es tonta, diría mi suegra. Uno pensaba que eran las mafias las que “lavaban” ese dinero mal habido, no es así, nos equivocamos. Pero resulta que el partido conservador (Partido Popular, PP) era uno de los puntos de blanqueo de dinero negro para sus campañas políticas, es una de las líneas de investigación judicial en estos momentos. El modus operandi tiene o tenía varias modalidades. Uno de ellos era que en un determinado Ayuntamiento obligaban a ciertos funcionarios y trabajadores “donar” al partido una determinada cantidad de dinero y luego, el partido les reembolsaba la donación pero no constaba en ningún libro contable, claro, era dinero negro. Otra modalidad era que determinados empresas (y empresarios) pagaban un tanto por ciento por la concesión de un concurso público y este pagaba directamente al tesorero/administrador del partido y este ingresaba al banco a través de donaciones falsas. Y muchos, de ellos, utilizaban a instituciones cuyos miembros habían dado la vida en la lucha contra ETA. Luego dirán que la ciudadanía no está harto de ellos. Se necesita regeneración urgentemente y con reglas más transparentes sobre la financiación de estos partidos políticos.