*89 años después la situación no ha cambiado y lo escrito por la educadora descendiente de español e italiana tiene vigencia porque “los caminos son de todos” y a la vez de nadie en Iquitos.
ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel
Lo que hizo Emilia Barcia Boniffatty por los niños en Iquitos gracias a su cercanía con los presidentes Augusto B. Leguía y Manuel Prado Ugarteche, entre otros, debió mantenerse en fondo y forma. En lo físico y lo espiritual. Hoy son pocos los que conocen la capacidad que tuvo para convencer a aportantes y edificar el jardín de la infancia en Iquitos que “el modernismo” destruyó. También son pocos los que conocen su amoríos con el piloto naval, capitán Gustavo Cornejo Portugal, quien falleció en marzo de 1933 cuando regresaba de Leticia durante la guerra contra Colombia. Esa muerte destrozó más a Emilia que la misma noticia de enterarse meses antes que su amado tenía un hijo con una señora Menacho que vivía por la zona de Belén. Pero más allá de las situaciones sentimentales de esa gran impulsora de la educación inicial lo que queremos recordar en este artículo es el profundo dolor que le causaba ver cómo los iquitenses no sabíamos vivir en comunidad. Para ello voy a transcribir un artículo publicado en el diario “La razón” el 6 de setiembre de 1944, titulado “Los caminos son de todos”.
“El retorno al terruño trae siempre indescriptibles emociones de alegría o de decepción. Cada vez que regreso a mi tierra tan querida en la misión que el supremo gobierno me confiere con las escuelas creadas bajo nuestra labor, iniciada en Iquitos: los Jardines de la Infancia, encuentro intransitables los caminos que llevan a esta escuela, caminos por los que diariamente van y vienen los niños, caminos por los que pasan autos y camiones, caminos que siendo de todos parecen ser de nadie.
La construcción del Jardín de la Infancia de Iquitos es la obra más querida de mi vida, es la obra en la que el mismo pueblo ha intervenido con ejemplar contribución cívica de colaboración a la Nación. Es pues una obra que debe ser conservada y cuyos caminos deben estar siempre en magníficas condiciones.
Por este esfuerzo, por lo que significa esta obra, inicio hoy un llamado a los que tienen vehículos que transitan por la calle Yavarí, trayendo materiales de la curtiembre, de los lugares de sacar arena, etc, etc, para que colaboren con esta tarea y podamos antes de mi regreso a Lima, a fin de mes, dejar transitable la calle Yavarí.
Agradezco de anticipado la cooperación efectiva del señor alcalde del Concejo Provincial ingeniero Luis García Torres, que ha dispuesto el arreglo de las zanjas y puentes, así como también agradezco la cooperación de los que contribuirán con carreteadas de tierra.
El Jardín de la Infancia ofrecerá antes de mi regreso, la fiesta de la primavera de la Selva. Y será a inauguración de este camino de todos y para todos. Maestra loretana. Setiembre 6 de 1944. La razón”.
Con algunos pequeños cambios este pedido de Emilia Barcia Boniffatty podría actualizarse y adecuarse al centenar de obras públicas que lejos de mejorar la vida de los iquitenses, la perjudica. No hemos cambiado mucho en la ciudad y tampoco tenemos profesoras como Emilia que teniendo cercanía a los presidentes de la República construían colegios con el aporte empresarial, aunque nunca pudieron construir ciudadanía, como se puede ver en los archivos periodísticos y se puede padecer en la actualidad.