Percy Vilchez Vela
En los suburbios últimos de la ciudad, es común y corriente ver a un hombre joven y aguerrido que avanza ofreciendo polos, mandiles y mochilas. De lejos parece uno de esos vendedores ambulantes que aparecen vendiendo sus cosas. Nadie sospecharía que detrás del citado se esconde un antiguo candidato a la alcaldía de Belén. Nadie sospecharía que ese vendedor obstinado quiere convertirse en un emprendedor único, un empresario superior a cualquier empresario de Gamarra. En esa cruzada ha cambiado completamente, ha dejado atrás la pasión del poder, ha renunciado a la política, ha abandonado toda ilusión de conquistar la alcaldía. Después de las elecciones pasadas se la jugó por entero y convirtió su local partidario en incesante fábrica. Fábrica de polos, mandiles y mochiles que le sirvieron durante la campaña.
No hay que olvidar que Gerson Lecca era un activo miembro de la baja policía, un miembro militante de la limpieza pública. Pero esas cosas terminaron cuando no ganó las elecciones. El incierto futuro era su destino si seguía en la política. De manera que dio una vuelta de tuerca para dedicarse a vender los polos, los mandiles y las mochilas. Así fue como el citado comenzó con su labor de vendedor ambulante. Era su obsesión arrendar por los suburbios de la ciudad vendiendo al crédito su mercadería. Todas las mañanas partía de la fabrica y sin cansarse recorre los suburbios finales de Iquitos. En sus andanzas no se detiene en ningún momento y está seguro de que pronto se le acabará la ciudad. Entonces viajará a Lima a competir directamente con los empresarios de Gamarra.
En sus sueños recurrentes Gerson Lecca está seguro de que gracias a la calidad de sus polos, sus mandiles y sus mochilas se impondrá sin trabas a los empresarios de la capital que acaparan el negocio. Está seguro de que ganará esa batalla y se ilusiona que pronto podrá poner varias fábricas en Lima, lejos ya de su antiguo sueño de convertirse en alcalde del distrito de Belén.