Herminia Navarro en el Día Internacional de la Mujer

Herminia Navarro.

Según los últimos reportes (Observatorio de la Criminalidad, 2015) el 80% de las víctimas de trata de personas son mujeres, realidad cuyo origen son las desigualdades estructurales de género, la feminización de la pobreza, el racismo sexualizado, entre otras.

Como todos los años, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha en la que más que celebrar deberíamos plantearnos y reflexionar sobre qué se está haciendo desde el Estado para reducir las brechas de género y garantizar la igualdad oportunidades para mujeres y varones.

En la región de Loreto nos encontramos con un panorama inquietante, a esta inequidad de género se suma otro factor de peso, las desigualdades sociales, económicas,  culturales y políticas existentes,  que propician el camino para que mujeres, niñas y adolescentes sean víctimas de innumerables formas de discriminación y violencia, siendo la trata de personas y la explotación sexual una de ellas.

Herminia Navarro, Coordinadora Regional  de CHS Alternativo, sostiene que  a nivel regional, dicha organización cuenta con un programa dirigido a víctimas de trata de personas que les permite reconocer capacidades y desarrollar herramientas en aras de lograr su empoderamiento y reintegración  social, económica y laboral para que puedan desarrollarse plenamente y vivir en condiciones de plenitud, libertad y dignidad.

Pero esto no basta, por lo que cabe preguntarse: Qué estamos haciendo como Estado y sociedad para garantizar una sociedad libre e igualitaria, que incorpore políticas de desarrollo con enfoque de género y que posibilite el empoderamiento de las mujeres?, enfatizó Navarro.

Según los últimos reportes (Observatorio de la Criminalidad, 2015) el 80% de las víctimas de trata de personas son mujeres, realidad cuyo origen son las desigualdades estructurales de género, la feminización de la pobreza, el racismo sexualizado, la demanda de mujeres para el mercado prostitucional, la compra-venta del cuerpo de las mujeres como objetos sexuales y la laxidad de las leyes y las falsas creencias de profesionales de la justicia” (Plan Nacional contra la Trata de Personas 2017  – 2021). El Índice de Desarrollo Humano sitúa a Loreto en los últimos lugares a nivel nacional, con indicadores que duplican la media nacional, como es el caso de la tasa de embarazos en adolescentes (en Loreto la tasa es del 32.8% mientras que a nivel nacional se sitúa en el 13.6%) o con graves obstáculos para el acceso a educación, salud o saneamiento básico para gran parte de la población loretana.

Si hablamos de pobreza monetaria, ahí también superamos la media nacional (31%), situándose la región Loreto en un 56.1% de hogares con sus necesidades básicas insatisfechas y con nulo o limitado acceso de programas de desarrollo que les permitan acceder a bienes y servicios básicos en toda comunidad.

La realidad también nos demuestra que muchos de estos hogares están liderados por mujeres, asumiendo ellas la responsabilidad de velar por el bienestar familiar en una sociedad en la que encuentra pocas oportunidades de desarrollo personal, familiar y social.

Ante esta situación es fácil deducir como seguimos alimentado al monstruo de la trata de personas y seguimos facilitándole víctimas. ¿Y qué hacemos?